El Consejo de Gobierno ha declarado Bien de Interés Cultural, con la categoría de monumento, el Santuario de Nuestra Señora de Linares, en Córdoba. Este edificio, situado en las primeras estribaciones de Sierra Morena y vinculado a la conquista cristiana de la ciudad por Fernando III, se construyó aprovechando una antigua atalaya musulmana del siglo IX, a la que posteriormente se fueron adosando el templo, la hospedería y la vivienda del santero.
El conjunto presenta más la apariencia de un caserío rural andaluz que de un edificio religioso o una ermita. Así se refleja en su fachada principal, que reproduce los esquemas de casas de campo de los siglos XVIII y XIX.
La atalaya, cuadrada y con fábrica de mampostería con sillares en las esquinas, sirve de presbiterio a la iglesia en su planta baja. El templo es de cruz latina con un añadido posterior para el ábside. Junto a su muro derecho se ubican la sacristía y la casa del santero, de dos plantas, mientras que a la izquierda se conserva parte de la antigua hospedería.
Entre los bienes muebles del monumento destacan la talla de Nuestra Señora de Linares (finales del siglo XIII), las pinturas barrocas de Juan de Alfaros y Antonio del Castillo y la colección de exvotos de los siglos XVIII y XIX.
El decreto de declaración aprobado hoy por el Consejo de Gobierno establece también un entorno de protección de 22,8 hectáreas, en el que se incluyen tanto los espacios relacionados con la romería que se celebra en el santuario como los valores paisajísticos del paraje donde se ubica.