EL CONSEJO DE GOBIERNO DECLARA MONUMENTO LA IGLESIA DE SAN BARTOLOMÉ DE ESPEJO

 

El Consejo de Gobierno ha declarado Bien de Interés Cultural, con la categoría de monumento, la Iglesia de San Bartolomé de Espejo (Córdoba), un edificio representativo de la arquitectura gótica de finales del siglo XV que alberga valiosas obras de arte.

El templo está formado por tres naves que terminan en la cabecera con sendas capillas comunicadas entre sí por grandes arcos ojivales. La nave central, más ancha y con coro alto a los pies, está cubierta por bóvedas de arista, mientras que las laterales presentan bóvedas de cañón con lunetos, que sustituyeron en el siglo XVIII a las primitivas armaduras de madera con decoración de lazo.

Entre las capillas agregadas al cuerpo principal del edificio destaca, en el lado del Evangelio, la de Nuestro Padre Jesús Nazareno, construida en el tercer cuarto del siglo XVIII. Por sus grandes dimensiones constituye una iglesia completa en sí misma, con una nave de tres tramos articulados por pilastras entre las que se disponen altares, un crucero cubierto por cúpula, un camarín y una sacristía.

En el lado de la Epístola sobresale la antigua capilla de San Andrés, fechada en los primeros años del siglo XVI y donde se conservan, entre otros elementos valiosos, un rosetón gótico y una mesa de altar revestida de azulejos sevillanos de la misma época.

También en este lado se sitúa una capilla edificada en 1765 que fue transformada en 1942 para servir de entrada principal a la iglesia, mediante la colocación de una portada de finales del XVII procedente de la desaparecida ermita de Nuestra Señora de las Angustias. Durante estas obras de reforma se cerró otra capilla, dedicada a San Ildefonso, con el objetivo de conformar el espacio donde se alberga el museo de orfebrería.

La iglesia, situada en la cumbre del cerro sobre el que estableció el antiguo núcleo de Espejo, se completa en su parte exterior con una torre barroca cuyo cuerpo de campanas se abre en los cuatro lados por vanos de medio punto y balcones curvos.

Entre los bienes muebles, también incluidos en la declaración de monumento, destacan valiosas obras de arte como el Retablo de San Andrés, con sus pinturas de principios del siglo XVI, y la colección de platería (siglos XVI al XX).

El decreto aprobado hoy delimita un entorno de protección que abarca tanto el castillo contiguo a la iglesia como las parcelas ubicadas en las calles San Bartolomé, Alfolíes y Carril de las Cruces.