EL CONSEJO DECLARA BIEN DE INTERÉS CULTURAL LOS JARDINES DE MURILLO Y EL PASEO DE CATALINA DE RIBERA DE SEVILLA

 

El Consejo de Gobierno ha declarado Bien de Interés Cultural, con la categoría de jardín histórico, los Jardines de Murillo y el Paseo de Catalina de Ribera de Sevilla, que conforman una de las zonas verdes de mayor interés histórico, artístico y paisajístico de esta ciudad.

El enclave, integrado plenamente en el centro histórico y configurado definitivamente en el primer cuarto del siglo XX, conserva elementos arquitectónicos y escultóricos originales de esa época, además de una rica vegetación, en la que destacan por su antigüedad ejemplares de diversas especies de magnolios, plátanos y cipreses.

Los orígenes del actual Paseo de Catalina de Ribera se remontan a 1862, año en que se cedió a la ciudad una parte de la Huerta del Retiro del Alcázar para atenuar la estrechez de la trama urbana de los barrios colindantes. A finales del siglo XIX se acometió un primer proyecto de ajardinamiento, pero es en 1920, con motivo de las intervenciones realizadas para la Exposición Iberoamericana, cuando el arquitecto Juan Talavera formaliza las trazas que actualmente se conservan. Los contiguos Jardines de Murillo también fueron diseñados unos años antes por este mismo arquitecto, destacado representante del historicismo regionalista, a partir de otro terreno de la Huerta del Retiro situado al noroeste y cedido en 1911.

El Paseo presenta una clara disposición longitudinal mediante un eje central y dos secundarios dispuestos paralelamente a ambos lados, que se configuran por parterres con pretiles de fábrica y azulejería. En el centro destaca un amplio espacio circular con una fuente sobre la que se alzan, encima de un pedestal con los bustos de Colón y los Reyes Católicos, dos columnas que soportan un entablamiento coronado por la figura de un león y las proas de las carabelas colombinas.

Muy cercana a este monumento, que fue realizado por el escultor Lorenzo Coullaut-Varela, se encuentra una fuente parietal adosada al muro de cerramiento de los jardines del Alcázar y dedicada a Catalina de Ribera. Diseñada por Juan Talavera, presenta un estilo manierista e incluye restos de otra fuente del siglo XVI y diversas pinturas alusivas a la dama que fundó el Hospital de las Cinco Llagas.

Por su parte, los Jardines de Murillo ofrecen una composición de caminos en retículas glorietas de planta octogonal con fuentes centrales y bancos de fábrica recubiertos de azulejería. Entre estas glorietas destaca la dedicada al pintor José García Ramos, delimitada por muretes con azulejos que recrean obras del artista ejecutadas por pintores como Alfonso Grosso, Miguel del Pino o Manuel Vigil.