La sombra de los Ballets Rusos, célebre compañía creada en 1909 por el empresario Serguéi Diáguilev planea sobre este programa, ya que Diáguilev encargó música para ballet a los cuatro compositores que hoy nos ocupan. En concreto, a Debussy, la obra Jeux; a Ravel, Daphnis et Chloé; a Manuel de Falla, El sombrero de tres picos (entre otros) y a Stravinsky su tercer ballet, La consagración de la primavera, obra de gran importancia para las nuevas vanguardias musicales por sus planteamientos armónicos, el uso de disonancias, escalas y modos antiguos, ritmos irregulares, melodías simples y lentas y el uso de aires folclóricos, de la que escucharemos su versión para dos pianos y dos percusionistas acompañadas del baile flamenco, que es percutivo también. Antes, una composición de Debussy inspirada por un poema de Stéphane Mallarmé y sobre el que Nijinsky crease un ballet en su momento. Le sigue Ravel con una deliciosa pieza que evoca el mundo de los sueños y los cuentos infantiles, y Manuel de Falla, con dos de sus más famosas danzas, en el año en que celebramos el Centenario del estreno de El sombrero de tres picos.
A su vez, en el estudio coreográfico sobre La consagración de la primavera, el reto absoluto es seguir el pulso que impone la música.
Al margen de la dramaturgia de esta obra (basada en el rito pagano sobre la virginidad, y la llegada de la primavera mediante el sacrificio, guión implícito en la misma obra musical que devora literalmente la posibilidad de otra lectura), bailar esta música es encontrar el misterio en ella mediante el baile flamenco, reto al que se enfrenta Fernando Romero. Es el misterio musical que radica en la estructura rítmica de la música en sí, donde nunca se sabe donde van a caer los acentos...El mismo componente del ritmo en el cual todo o la mayoría del flamenco está basado. Con esta partitura tan complicada en lo armónico, lo rítmico y la dificultad estructural, es un verdadero desafío para cualquier coreógrafo ponerlo en escena.
