La celebración de los moros y cristianos en torno a la Virgen de la Cabeza, ha tenido varios momentos de desaparición y recuperación a lo largo de la historia. La última recuperación tuvo lugar a principios de los años ochenta del pasado siglo veinte, cuando a imitación de lo que acontecía en Benamaurel se recuperó y transformo la fiesta, adaptándola al modelo levantino. Aunque estas fiestas se celebran el último fin de semana del mes de abril, la actividad comienza los meses previos con la preparación de las carrozas, las casetas y otros elementos. Durante el fin de semana se suceden los desfiles, las actividades infantiles, y aquellos actos estrechamente relacionados con la participación de las comparsas de los bandos moros y cristianos. Entre estos últimos nos encontramos con los pregones, la "coronación de reyes y reinas", la representación de "los papeles" y otros. A ellos se suman los actos relacionados con la misa y procesión de la Virgen de la Cabeza.

Abril.
Se sitúa en el último fin de semana de Abril, abarcando desde el jueves anterior hasta el lunes posterior.