"Estas fotografías son una ilusión, constituyen alegorías emocionales de la realidad, una verdad del corazón. Blancos y negros en todas sus gamas dan forma poética al universo de María de los Ángeles(...). El objetivo, la excusa son sencillas espigas, brotes de avena y flores de algodón que la artista transforma en sentimientos y en historias, con una inocencia perturbadora. Un alfabeto botánico de tallos, espículas, lemas, paleas, glumas, para un viaje afectivo que se inicia en los prados en sombras y en los dorados trigos. María de los Ángeles es testigo de la luz que siempre guarda y esconde la simiente. La fábula o el poema se fabrican siempre en quien sabe mirar(...).

Fuerza, sensibilidad e inteligencia para estos argumentos de plata y de estambres grises, para estas texturas entre la grama del cereal. Naturalezas muertas frente a la limpia lente donde la espina salvaje chorrea en diagonal la gota de agua de un rocío que la fotógrafo atrapa. El junco acuesta el cuello como un cisne mientras que fuera, queda un desierto inundado de silencio." Francisco José Nuez y Benito, 2017