
Balcones engalanados con colchas y mantones adornan las calles de Benamargosa e indican la existencia de altares que los vecinos instalan el domingo de Corpus, donde no faltan las macetas de flores, objetos decorativos, alimentos de gran contenido simbólico para el dogma católico o el "maestranto" que recubre el suelo y otorga una peculiar fragancia al lugar. En cada uno de los altares la comitiva que conforma la procesión se detiene, el sacerdote deposita la Custodia, se arrodilla sobre el cojín dispuesto, dirige una oración, bendice el altar y niños y niñas tiran pétalos a la Custodia, prosiguiendo el recorrido mientras se interpretan cánticos religiosos, principalmente a cargo de mujeres.
Junio.
Tiene lugar el domingo siguiente al Jueves de Corpus, sesenta días después del Jueves Santo, según marca el calendario litúrgico.