Transcurridos sesenta días del Domingo de Resurrección se celebra la festividad del Corpus. Tradicionalmente en Albuñuelas se llevaba a cabo el jueves, antaño jornada festiva en la localidad, pero el ayuntamiento la trasladó al domingo. Los preparativos ocupan fundamentalmente a los vecinos que días antes encalan sus fachadas, orean las colchas bordadas, que penderán de sus balcones, y se desplazan al campo para recolectar el tomillo, romero "pinico", "gallombas" y mastranzo con el que se alfombrarán las calles del itinerario procesional. De igual modo, durante la noche de la víspera grupos de vecinos se reúnen para montar los altares, que lucirán el día de la procesión de la custodia, y se suelen consumir buñuelos con chocolate para atenuar el cansancio. El día de la festividad del Corpus la comitiva inicia su recorrido, tras la misa oficiada en la iglesia del Salvador hacia las siete de la tarde. Acompañada por niñas y niños de primera comunión o con trajes de flamenca, numerosos vecinos y el párroco de localidad, la custodia se pasea por el casco urbano bajo una alfombra de plantas aromáticas, deteniéndose ante los altares que han dispuesto numerosos vecinos para que sean bendecidos por el párroco. Acto seguido la comitiva vuelve a la iglesia realizando el mismo recorrido pero a la inversa. Entre las transformaciones más significativas destaca el cambio de fecha en su celebración. La organización y financiación es asumida por los vecinos de la localidad.

Junio: La fiesta de celebra sesenta días después del Domingo de Resurrección. Oficialmente es el jueves que sigue al noveno domingo tras la primera luna llena de primavera del hemisferio norte. Tradicionalmente en Albuñuelas se celebraba en jueves, antaño jornada festiva en la localidad, pero el ayuntamiento la trasladó al domingo.