La segunda quincena del mes de mayo, la localidad onubense de La Palma del Condado celebra la festividad de la Cruz de la Calle Cabo, una de las dos hermandades que existen en la localidad cuya rivalidad y pique se torna manifiesta tanto durante la celebración como en muchos aspectos de la vida cotidiana de la localidad. Aunque de algún modo la mayoría de los palmerinos participan en la celebración, asistiendo a las procesiones y presenciando el paso del Romerito, en estas fiestas los protagonistas son los "bartolos". Es decir, los cruceros partidarios de la Cruz de la Calle Cabo. Estos al iniciarse el mes de mayo, se afanan en adecentar las fachadas de sus viviendas, en elegir la ropa que lucirán los días de fiesta y preparar los hogares para recibir a familiares y conocidos. La Hermandad de la Cruz del Cabo trabaja durante todo el año para poder llevar a cabo las fiestas de su Cruz, organizando eventos tanto de orden religioso, como con fines recaudatorios. Por su parte el montaje de las carrozas, que participarán en el Romerito, comienza en los meses de febrero o marzo y es dirigido por la figura del "carrocista". Pocos días antes del inicio de las fiesta la Calle Cabo es engalanada, con arcos de luces, banderas y colgaduras verdes, color que identifica a "los bartolos". Las fiestas "bartolas" se desarrollan de jueves a lunes, en la segunda quincena del mes de mayo, no coincidiendo con la Romería del Rocío. La jornada inaugural se inicia con un pasacalles a cargo de la banda municipal que se desplaza a los domicilios de la Reina y damas de las fiestas de ese año. Poco después se llevará a cabo la coronación e imposición de bandas en un acto muy concurrido. El viernes tiene lugar uno de los actos más esperados por los bartolos: la entrada de la legión en la localidad, que es recibida por las autoridades locales y acompañada con gran júbilo por los cruceros hasta la capilla de la Santa Cruz de la Calle Cabo donde la banda hace una ofrenda de flores y toca en honor a la Cruz. Hacia las doce de esa misma noche se celebra un Rosario por algunas de las calles de La Palma.

La jornada del sábado comienza con una diana floreada a cargo de la Legión, que visita las casas de la Reina y Damas y la de las autoridades locales. Ya bien entrada la tarde sale el Romerito por algunas de las calles de La Palma para finalizar en la puerta de la capilla de la Santa Cruz de la Calle Cabo, donde todo el cortejo desfila ante su puerta para honrar al madero y se vitorea a la Cruz y a la hermandad. El domingo constituye el día grande de la celebración. Durante el mismo se procede al traslado de la Cruz a la parroquia de san Juan Bautista, donde se oficiará una Función Principal en su honor. Durante el recorrido una multitud acompaña a la nutrida comitiva. Tras finalizar la misa la Cruz es llevada de vuelta a su capilla. Durante el mediodía y la tarde continúa la celebración en la casa hermandad y los hogares de los cruceros hasta las ocho, momento en que la Cruz vuelve a salir en procesión, cubriendo un itinerario más amplio que el de la mañana.

El lunes la hermandad da por finalizadas las fiestas con una misa de acción de gracias en la puerta de su capilla. Entre las modificaciones más reseñables destaca la presencia de varias cruces en la localidad, rivales entre sí, y su paulatina desaparición hasta la actualidad en la que sólo se han mantenido las de la Calle Sevilla y Calle Cabo. Estas han constituido un sistema de mitades que divide e identifica a dos sectores de la población. Las Fiestas de la Cruz de la Calle Cabo están organizadas por su hermandad, contando con la colaboración del ayuntamiento. En lo relativo a la financiación la Hermandad de la Santa Cruz de la calle Cabo costea los festejos gracias a las colaboraciones que ha recibido durante todo el año de sus hermanos y partidarios.

Mayo. Estas fiestas se desarrollan de jueves a lunes en la segunda quincena del mes de mayo, evitando coincidir con la Romería del Rocío.