Alquife celebra entre los días treinta de abril y dos de mayo las fiestas en honor a san Hermenegildo, también conocidas como Fiestas del Palo Alquifeño. Los mayordomos, elegidos año tras año con vistas a que todo el pueblo participe, son los encargados de organizan y sufragar la fiesta, de carácter eminentemente religioso. Entre sus elementos más significativos ha de destacarse la imagen de san Hermenegildo y el "palo alquifeño", antiguo palo del tendido eléctrico que se forra en su totalidad de cohetes y se ofrenda al santo. Las celebraciones comienzan con la salida en procesión de san Hermenegildo por las calles de Alquife, durante el recorrido se suceden los espectáculos pirotécnicos que alcanzan su cénit con la llegada del cortejo a la plaza de la iglesia, ya de recogida. Una multitud se congrega a la espera de la llegada del santo y de su encuentro con el "palo alquifeño", en el que ambos son zaleados al compas del himno de san Hermenegildo. Herencia del pasado minero de la localidad, el palo constituye una ofrenda ritual en la que la pólvora se convierte en la principal protagonista. Tras el encuentro se procede a la "plantá del palo" en el centro de la plaza; una vez dispuesto en su lugar, queda listo para ser quemado. El gentío y la comitiva se apresuran para resguardarse del estruendo y la sucesión de explosiones que retumban en toda la localidad. La quema tan sólo dura unos segundos pero la emoción se desborda y todos los asistentes estallan en júbilo.

Abril.
San Hermenegildo fue canonizado el trece de abril de 1.585. Su celebración, sin embargo, se ha trasladado al último fin de semana de abril, para que coincida con el uno de mayo, Día del Trabajador. De esta manera los vecinos que residen fuera de la localidad, pueden aprovechar los días de fiesta nacional y acudir a Alquife para celebrar las fiestas.