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La celebración comienza a las nueve de la mañana del día 25 con la diana de cabezudos.
El pueblo despierta al compás de la música de la banda de música de Úbeda y animados por el baile de los cabezudos. Sobre las once y media la banda de música sale de la puerta del Ayuntamiento donde les esperan las autoridades municipales, la reina y las damas para recoger en su casa a cada uno de los seis matrimonios.
Los hermanos visten traje oscuro de chaqueta y las hermanas mantilla negra y guantes blancos.
Durante todo el camino se disparan gran cantidad de cohetes que anuncian al pueblo que se está llevando a cabo "la recogida".
El último en ser recogido es el sacerdote que espera en un lateral de la iglesia para entrar al templo todos juntos. La entrada en la iglesia se hace en medio de un gran repique de campanas, en el que no falta tampoco el estallido de los cohetes.
Acabado el acto litúrgico, todos los asistentes se dirigen a las puertas del templo donde se forman dos filas y esperan a que salga el patrón en andas.
Los hermanos son los encargados de llevar al santo desde su camarín, situado a la derecha del altar mayor, hasta las andas procesionales que previamente habían sido preparadas también por ellos, y de cargarlas durante el recorrido.
Entre un gran repique de campanas, aplausos y nuevos disparos de cohetes, San Marcos sale de la iglesia para dar comienzo a su recorrido por las calles del pueblo, engalanadas por los vecinos con colgaduras de San Marcos y del Cristo de las Injurias en los balcones, así como las "colchas de los domingos".
La procesión recorre las calles principales de la aldea hasta llegar a las afueras, donde tiene lugar la bendición de los campos.
En su camino de regreso al templo pasa por el número dos de la Calle San Marcos, donde la comitiva para unos minutos a la espera de que nuevos matrimonios "se agarren" a las andas, lo cual significaría que serían los próximos hermanos de San Marcos.
Supone un momento muy emotivo para los hermanos actuales porque, por lo general, ellos no quisieran que les arrebataran al Santo; les supone un orgullo ser hermanos de San Marcos. Son, por tanto momentos, tensos, de miradas furtivas a uno y otro lado, pues el secreto de si habrá relevo o no es mantenido hasta esos momentos. Pasado un tiempo prudencial, si no ha habido nadie que haya dado el paso hacia los varales de las andas, se da por entendido que los hemanos actuales proseguirán en su cargo para las fiestas del próximo año.
De este modo, un gran aplauso general da finalizado el tiempo de espera y todos y todas felicitan a los matrimonios.
La comitiva reanuda entonces su recorrido de regreso al templo parroquial. Concluida la procesión, los hermanos y hermanas se disponen a sacar a las puertas de la iglesia los cuatro calderos de habas, preparados el día anterior, y la enorme cantidad de cestos de rosquillos. Tras la bendición de las mismas por el párroco, se comienza el reparto de comida que incluye, además, refrescos, cervezas, jamón y queso.
En la noche en la plaza del Ayuntamiento tiene lugar con gran expectación de todos los asistentes, la quema de un gran castillo de fuegos artificiales que cada año se intenta que sea mayor y más vistoso que al anterior.
El día siguiente, el 26 de abril, Garcíez festeja al Cristo de las Injurias que, a pesar de no ser el patrón, sí cuenta con una hermandad legalmente constituida.
Abril: Se celebra todos los años invariablemente del día de la semana en el que caiga, el 25 de abril. Pero los preparativos de los hermanos que se encargan de la fiesta dan comienzo el día 23. Y las fiestas no concluyen hasta haber festejado el día 26 al Cristo de las Injurias.