La localidad onubense de El Granado celebra a finales de noviembre las fiestas de Santa Catalina, patrona de la localidad, coincidiendo por lo general con el fin de semana más próximo al día de su onomástica, el veinticinco de noviembre.

Los preparativos ocupan fundamentalmente al consistorio y a la hermandad homónima. Muchos de ellos comienzan con varios meses de antelación, fundamentalmente los actos vinculados con la recaudación de fondos para garantizar la financiación de la fiesta (organización de eventos, tómbolas, barras en feria y carnaval, comidas, etc.).

Por su parte los días previos se dedican a la decoración de la iglesia, a vestir a la imagen, a montar el alumbrado, a la adquisición de cohetes y a la contratación de una banda de música y orquesta.

La festividad de santa Catalina comienza con la lectura del pregón, una semana antes de la primera procesión. El día veinticinco se oficia en la iglesia parroquial local una misa en su honor, tras la cual se procede al encendido del alumbrado y a la quema de una salva de cohetes, actos con los que oficialmente da comienzo la fiesta.

La jornada siguiente transcurre entre actividades culturales y deportivas y el comienzo del triduo, que se prolongará hasta el domingo, antes de la última procesión de Santa Catalina.

El sábado y el domingo constituyen los días grandes, en los que adquieren centralidad los actos religiosos en honor a la patrona. Tras una diana y la celebración de la segunda jornada de triduo, la imagen sale el sábado en procesión por las calles de El Granado. Al caer la tarde se organizan distintas actividades lúdicas y, ya por la noche, se celebra una verbena.

El domingo comienza con una alegre diana y durante el mismo se repiten básicamente todos los eventos que se celebraron el día anterior. No obstante, la procesión recorre este día el otro lado del pueblo, el occidental, acompañada por la Banda de la Zarza. Por la tarde se lleva a cabo uno de los actos más esperados, aun cuando es de reciente instauración, la elevación de la imagen al altar, también conocido como "la Subida", acción ejecutada por cuatro hombres que cogen la talla y la suben al toque del tamborilero. Acto seguido suele interpretarse alguna danza en su honor. Una vez finalizado este acto concluyen las celebraciones de la fiesta patronal.

Entre las transformaciones más reseñables destaca el traslado de fecha, la reciente introducción de actos como "la Subida", la desaparición de una danza ritual de carácter local y de ofrendas por parte de los vecinos a la santa durante la procesión.

Las labores de organización y financiación del ritual son asumidas por el ayuntamiento y la Hermandad de Santa Catalina.

Estas fiestas se celebran en el mes de noviembre.