Inauguramos 2025 con la exposición Y de postre, flores, donde la artista gaditana Paula Suárez nos invita a explorar un universo en el que la tradición del bodegón adquiere un nuevo significado. A través de una exquisita selección de obras, Suárez reinterpreta este género pictórico que, desde el siglo XVII, ha reflejado la relación de la sociedad con lo cotidiano. En su aproximación, el bodegón no es solo una representación estética, sino también un relato íntimo que entrelaza la memoria familiar, la riqueza de los objetos diarios y la energía del color como vehículo de emociones.

La muestra despliega una narrativa visual que parte de elementos sencillos y domésticos, donde la cerámica en forma de jarrones ocupa un lugar central. Estos jarrones coloristas, que en un principio pueden parecer comunes, se elevan a un plano simbólico cargado de significado emocional y cultural. Cada pieza se convierte en un homenaje a las tradiciones familiares que han moldeado la identidad de la artista, explorando las raíces que dan forma a nuestra percepción del hogar y el sentido de pertenencia. En cada obra, Suárez transforma lo cotidiano en una experiencia trascendental, repleta de capas de significado.

El color, protagonista absoluto de esta colección, es tratado por Paula Suárez con una sensibilidad que va más allá de lo meramente visual. Sus paletas cromáticas son vibrantes y cada combinación de tonos convierte las composiciones estáticas del bodegón tradicional en lienzos dinámicos y llenos de vida, que invitan al espectador a detenerse, observar y conectar con las emociones que emanan de cada pieza.

La técnica utilizada en estas obras revela un diálogo constante entre lo clásico y lo contemporáneo. Mientras que las composiciones evocan una estructura tradicional, el tratamiento del color y las texturas ofrece una perspectiva fresca e innovadora. Su enfoque establece un puente entre el pasado y el presente, creando un lenguaje pictórico que respeta la herencia artística mientras explora nuevas posibilidades. Este equilibrio entre lo antiguo y lo moderno, permite a la artista redefinir su lugar, aportando una visión única y audaz.

Además de ser un homenaje a un género clásico, esta exposición también es una reflexión profunda sobre la importancia de los objetos como custodios de nuestras historias personales. Cada elemento representado lleva consigo una carga emocional que trasciende su función utilitaria, invitándonos a reconsiderar nuestra relación con el entorno cotidiano. Es un ejercicio de memoria y significación que conecta lo personal con lo universal.

En su conjunto, Y de postre, flores es una celebración de lo pequeño y lo cercano. Es un llamado a apreciar la belleza que reside en los detalles más simples, recordándonos que el arte, como la vida misma, se encuentra en las cosas esenciales que compartimos. Esta exposición nos invita a un recorrido íntimo y reflexivo, donde tradición, color y juego se entrelazan para celebrar la memoria, la riqueza de lo cotidiano y la creatividad en su forma más pura y sincera. Cada obra es una ventana a un mundo que combina pasado y presente, transformando lo ordinario en algo extraordinario.

La exposición está diseñada para ser un deleite para los sentidos, ofreciendo al público una experiencia inmersiva que va más allá de la simple contemplación. Es una invitación a redescubrir el arte de mirar y a conectarse con las emociones que laten en cada trazo y color.

Rocío Gutiérrez