20,00 horas
Precio
Los precios de las entradas oscilan entre los 26€ para Paraíso y los 40€ para Patio
Júlio Resende, piano
André Rosinh, contrabajo
Bruno Pedroso, bateria
La historia de Salvador Vilar Braamcamp Sobral (Salvador Sobral, Lisboa, 1989) ha sido una de las más emocionantes de la historia de la canción popular reciente. Ganador inesperado del Festival de Eurovisión 2017, que conquistó con una calidad vocal inusitada para ese certamen, tuvo que interrumpir inmediatamente el despegue de su apoteósica carrera para someterse a un trasplante de corazón del que se ha recuperado, felizmente. Voz cálida y hermosa, Salvador Sobral es, sin duda, el cantante del momento. A su presentación en el Teatro de la Maestranza, acude en un formato de trío que potencia la intimidad de su propuesta musical, basada en el jazz, el bolero, la bossa-nova y la canción popular. En el trío, destaca la presencia de un pianista “evansiano” de la talla lírica de Júlio Resende, uno de los grandes pianistas de jazz de la escena europea.
Sobral era un cantante que destacaba por sus posibilidades para el éxito popular cuando, tras participar en “Ídolos” -una suerte de “Operación Triunfo” de la televisión portuguesa- decidió abandonar el país para instalarse en Mallorca con la pretensión de estudiar Psicología Deportiva. Entonces -2009- ocurrió que acabó dejando las clases para iniciar una carrera de cantante de clubs nocturnos y garitos en los que, explica, “aprendí a improvisar y arriesgar con mi voz, con mi forma de acercarme a los instrumentos…” .
Centrado en el jazz, el bolero y la bossa-nova, Sobral se forjó musicalmente en Estados Unidos y en el Taller de Musics de Barcelona. De vuelta a Lisboa en 2016, publicó un disco en solitario, “Excuse Me”, junto al pianista Júlio Resende, donde combinaba ritmos brasileños con el cool jazz, y al año siguiente, se presentó a un festival con el tema “Amar pelos dois”, de su hermana Luísa. Lo ganó y ese premio lo convirtió en representante de Portugal en Eurovisión, a la que tuvo que acudir con un permiso especial de los médicos para poder viajar, porque ya en ese momento estaba en lista de espera para un transplante a causa de un problema cardíaco. A partir de ahí, su vida ha sido una montaña rusa de la que ha salido victorioso y sereno. Los mismos directivos de discográficas que lo habían atendido con desdén, ignorándolo, lo persiguieron a la vuelta de su triunfo en Eurovisión, pero él se mantuvo firme y continúa leal a su sello portugués de siempre, como quien quiere proclamar su voluntad de autonomía y de libertad creativa frente a las tentaciones del gran éxito internacional.
Capaz de mezclar la potencia de la gran canción de siempre con el refinamiento y la sofisticación de basar su música en una exquisita trama jazzística, Sobral es un cantante todoterreno que sabe lo que es vaciarse ante una audiencia de solo 30 personas en un bar o resolver tres bolos en un día. Y todo hecho con autenticidad, ganas y placer. Algo de eso hemos visto alguna vez en pequeños conciertos en Andalucía, pues Sobral ha colaborado con numerosos músicos andaluces, sobre todo de Cádiz. Y con tanto placer, que una vez declaró: “Yo quería tener un corazón andaluz”.
Aferrado a la voluntad de mantener la máxima intimidad con el público, Sobral llega a Sevilla, desnudo de alharacas, anunciando un bellísimo concierto de cámara escoltado por un trío de jazz capitaneado por un exquisito pianista lírico, Júlio Resende, quien a través de la llama viva de Bernardo Sassetti, conecta con el espíritu de Bill Evans. El contrabajista André Rosinha y el baterista Bruno Pedroso completan un equipo muy capaz de hacernos viajar por ese ascensor exclusivo que conecta la música más refinada con la mejor canción popular. Salvador Sobral, el hombre que vivió dos veces, es un maestro subiendo y bajando por ese ascensor.
TEATRO DE LA MAESTRANZA Y SALAS DEL ARENAL, S.A.
Paseo de Cristóbal Colón, 22
41001 SEVILLA
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