BAÑOS ÁRABES EN ANDALUCÍA I
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En este Plan de la Agenda Cultural de Andalucía observaremos y descubriremos una serie de baños islámicos que se han conservado desde los tiempos de Al-ándalus.
Su función, su forma de construcción, sus partes, su utilidad, así como un mápa y una situación geográfica para que puedan ser visitados. En un futuro articulo (Parte II) profundizaremos en la mayoría de ellos y le daremos difusión para que sean visitados con el entusiasmo que se merecen estos hamman.
Pocos espacios hay que aporten tanta información sobre la vida cotidiana durante el periodo andalusí como estos baños. Así los hamman o baños fueron unos edificios comunes a todos los asentamientos poblacionales durante la Edad Media Musulmana. La importancia de las ciudades en ocasiones se medía por el número de baños que albergan. Cuentan las leyendas que la ciudad de Córdoba llegó a albergar casi 300 baños, de los que hoy no se han conservado ni media docena. Lo que sí que es cierto fue como en la Península Ibérica y después del periodo andalusís, los moriscos siguieron frecuentándolos hasta el último tercio del siglo XIV, e incluso se siguieron construyendo nuevos, algunos en complejos claramente cristianos.
“El baño es el mejor procedimiento que la inteligencia humana ha conseguido para lograr la conservación de la salud”.
Ibn al-Jatib (siglo XIV)
LA TRADICIÓN DE LOS BAÑOS
No podríamos pensar en estos baños árabes o hamman sin conocer la tradición que les precede, no solo los musulmanes usaban los baños con frecuencia, anteriormente los romanos poseían una gran afición a las terma. Los rudos habitantes de Arabia encontraron una refinada civilización al conquistar las tierras del Imperio Bizantino, Egipto y Siria, estableciendo esta tradición de lavarse en los baños públicos por todo su vasto imperio.
Al igual que en Roma, la actividad del baño no era meramente higiénica, sino que tenía otros fines. Concretamente, en el mundo islámico utilizar estos lugares constituía una de las principales actividades de relación social y ocio que se tenía en la sociedad de aquellos tiempos. Además, los baños públicos de las mezquitas recaudaban dinero por su utilización.
Los baños podían disfrutarse tanto por hombres como por mujeres, aunque nunca se permitía que coincidieran juntos, por lo que se fijaban turnos rigurosos para ambos sexos como, por ejemplo, estableciendo días alternos.
LOS ESPACIOS EN LOS BAÑOS
Los baños árabes seguían una disposición similar a las termas romanas, aunque su construcción conllevaba una monumentalidad más modesta. La primera sala que se encuentra es el vestuario, donde había armarios, perchas y otros enseres para que el usuario pudiera dejar sus ropas y prepararse para la entrar en las salas de los baños, propiamente dichas. El vestuario se completaba con instalaciones de letrinas. Encontramos en este espacios algunos casos de conversión de este espacio inicial en peleterías o tenerías.
A continuación, se disponían tres salas que eran las destinadas a proporcionar diferentes temperaturas al cuerpo con el fin de hacerlo sudar, activar la circulación sanguínea, eliminar toxinas y tonificar:
• Sala de agua fría. Llamada bayt al-baryt, que era equivalente al frigidarium romano.
• Sala de agua templada o bayt al-wastani, como el tepidarium romano.
• Sala de agua caliente o bayt al-sajun: cumplía similar función al caldarium romano.
Junto a la sala de agua caliente existía un horno y una caldera para calentar el agua que circulaba bajo el suelo.
La sala principal de cualquier baño, que ocupaba el centro de las instalaciones, era la correspondiente al agua templada (bayt al-wastani). Es también la estancia más grande, y donde la gente pasaba mayor cantidad de tiempo. En esta sala central, a la que se accedía tras pasar por las salas de masaje o sudoración, se descansaba, se bebía o se daban los últimos retoques de maquillaje o peinado.
Los Baños Árabes de Ronda fueron escenario de conciertos dentro del programa “6 siglos de Música”, organizado por la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales y la Concejalía de Cultura y Turismo de Ronda. Y es que el atractivo turístico de los baños árabes es un añadido más para muchos de nuestros pueblos y ciudades, que han comprendido que dinamizar su Baño Árabe atrayendo cada vez a más visitantes.
La arquitectura de balnearios en Al-ándalus se encuentra dispersa por la geografía andaluza, siendo muchos pueblos y ciudades los que han acometido su restauración para permitir su visita.
ARQUITECTURA DEL BAÑO
La arquitectura de los baños árabes era bastante homogénea. Las instalaciones se disponían en salas cuadradas o rectangulares no muy extensas, que se abovedaban con el apoyo de muros verticales con arquerías -de medio punto o de herradura- que apoyaban en columnas exentas.
El material con que se edificaron estas estructuras casi siempre era el ladrillo enfoscado o enlucido superficialmente, salvo las columnas que podían ser marmóreas o de otros tipos de piedra. Es frecuente en estos soportes o en las piezas pétreas materiales de acarreo como capiteles de iglesias visigodas o de templos o edificios monumentales romanos.
Estas bóvedas (de medio cañón, cupuliformes o esquifadas) tenían unos óculos con forma de estrella que comunicaban los baños con el exterior para permitir el paso de luz natural y evitar las condensaciones del vapor de agua. Por otro lado, las formas curvas de estos abovedamientos ayudaban a que el vapor que condensaba - a pesar de los agujeros citados- no cayera en forma de goterones al suelo, sino que las gotas escurriesen lentamente por las paredes hasta llegar al suelo.
La decoración mural de las paredes y las bóvedas de las estancias se basaba en motivos geométricos sencillos pero coloreados lo que, junto a la luz tamizada y tenue que dejaban pasar los óculos estrellados, creaban un ambiente sosegado y acogedor que invitaba a permanecer largos ratos conversando entre los bañistas.
Durante el último siglo y sobre todo en las últimas décadas el interés por ellos ha ido en aumento, restaurándose, rehabilitándose y permitiendo su visita al público en numerosos casos. Hoy en día muchos de ellos son un reclamo turístico, siendo visitados por miles de personas. Y esto es así porque los hammam son espacios profundamente evocadores: la luz, el murmullo, el ambiente que en ellos se respira, han atraído y aún atraen muchas miradas inquitas e anhelas de aquellas épocas.
LISTADO DE BAÑOS ÁRABES EN ANDALUCÍA
Hasta nuestros días han llegado -en casi todas las provincias andaluzas- varios baños en un estado de conservación aceptable.
Os citamos algunos ejemplos:
- Almería: Baños de la Alcazaba de Almería. Baños de la Tropa
- Granada: Destacamos el Baño Real de la Alhambra de Granada que se llamó así por el uso privado que los Reyes Católicos hicieron de él tras la conquista. También se conoce como Baños del Palacio de Comares.
- Bañuelo de Granada: datado en el siglo XI conservándose en muy buen estado.
- Jaén: Baños del Palacio de Villardompardo. Los baños árabes más grandes conservados en España.
- Málaga: Baños Árabes de Ronda. Un placer para los sentidos. Se conserva en muy buenas condiciones y es un reclamo turístico de la localidad, que se usa como reclamo cultural.
- Córdoba: Baños del Alcázar. Pertenecían al alcázar califal cordobés (para uso privado del califa y su corte) y fueron construidos en el siglo X durante el mandato del califa Alhaken II, aunque fueron reutilizados y modificados en los siguientes siglos de dominación musulmana.
- Baños de San Pedro: construidos en tiempos de Almanzor, recientemente descubiertos.
- Baños de Santa María en la Judería de Córdoba. Muy cerca de la Mezquita y muy transformados por el paso de los años.
- Sevilla. Baños de la Reina Mora. Gestionados por la Hermandad de la Vera Cruz sevillana, visitables y en pleno centro de la ciudad.
- Cádiz: Baños del Alcázar de Jerez. Restos almohades muy bien conservados dentro del recinto del Alcázar.
Próximamente, la segunda parte de este post dará más detalles de estos maravillosos monumentos.
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