ÉCIJA: LA CIUDAD DE LAS TORRES Y LOS PALACIOS

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En el alma de la campiña sevillana, y definida por la silueta que le dan sus 11 torres y el calor de sus veranos, Écija es una ciudad que tenemos que conocer. En este plan te contamos sus orígenes y te facilitamos recursos electrónicos para visitarla desde casa.

ÉcijaLa antigua ciudad de Astigi -lugar episcopal en el periodo tardo romano y visigodo- se sitúa en el camino que enlazaba Híspalis con Córduba, la Vía Augusta. Asentada en el margen izquierdo del río Genil y la desembocadura del arroyo del Matadero, controla el tránsito de mercancías a lo largo del Sur del Valle del Guadalquivir, ejerce funciones de centralidad en el amplio territorio de la Campiña del Guadalquivir y es punto de enlace, a través del Genil, con la Sierra Sur sevillana.

Video sobre la historia de Écija

Los orígenes de Écija y la creación de las bases de esta población probablemente están en el ámbito de la civilización tartésica, sobre el siglo VIII a.C. pero tendremos que esperar hasta el año 14 a.C., con la fundación de la Colonia Augusta Firma Astigi para encontrar testimonios del cambio urbanístico de la ciudad con la presencia ya de cloacas, foro, templos, puentes, termas y anfiteatro.

La colonia romana de Astigi llegó a ser la capital de uno de los cuatro conventos jurídicos que componían la Bética. Esta zona del imperio romano estuvo dedicada sobre todo a la exportación de ánforas de aceite, llegando a convertirse en el mayor exportador en los siglos II y III d. C.

Mosaicos romanos

En los últimos años se han recuperado esculturas, mosaicos, ánforas y restos de objetos de uso cotidiano. Importante ejemplo de estos hallazgos es la zona conocida como El Picadero, donde se descubrieron los muros de lo que parecía ser un edificio público. Se conserva casi intacto un estanque en la plaza del Salón que data de finales del siglo I a. C. En este punto se encontró también la famosa escultura de la 'Amazona herida' que puede visitarse en el Museo Histórico Municipal de Écija

Amazona herida

No podemos olvidarnos de destacar la importancia de los mosaicos astigitanos, como el de las Estaciones del Año, el de el Triunfo de Baco, el de las Nereidas o el del doble rapto, entre otros muchos más.

Triunfo de Baco

LA ÉCIJA MUSULMANA

La llegada de los musulmanes no hizo más que ratificar el papel protagonista de Écija como nudo de comunicaciones, ya que dominaba el tránsito de mercancías y hombres gracias a su puente de origen romano que superaba el vado del río Genil. Sometida mediante pacto, mantuvo una importante población mozárabe (conservaron obispo e iglesia durante, al menos, el dominio omeya), que se fue transformando en muladí (hispanomusulmanes) a lo largo del emirato. Fue capital de su propia cora, que incluía a Marchena y Osuna.

Puente romano.Écija. Foto IAPH. Autor: Francisco Javier Romero García

El acontecimiento más importante durante el periodo omeya, en lo relativo a su conformación urbana, fue la toma de partido por el rebelde rondeño Umar Ibn Hafsun, lo que supondrá que Abd al- Rahman III acabe sometiendo por la fuerza a la población -siempre levantisca- y ejecute sobre ella un castigo ejemplar: la demolición de sus murallas (de época romana) y la destrucción del elemento que la dotaba de sentido como nudo de comunicaciones: su puente.

Con estos 'castigos' Ystiyya perdió parte de su importancia, y vio reducido el perímetro de su cerca. Más tarde, su puente fue reconstruido en la dictadura de Almanzor, por su necesidad de mantener un trayecto rápido y fluido entre el Norte de África y la capital del califato.

Muralla de Écija

A lo largo de la dominación almohade se realizaron importantes obras tanto defensivas como de infraestructuras. La muralla, de menor perímetro que la cerca romana, posiblemente fue realizada respondiendo a la política edilicia de los almohades de dotar de elementos defensivos a las principales ciudades. El alcázar se encontraba en el ángulo sureste del recinto murado, enfrentado a la mezquita aljama, que se situaría en el ángulo noroeste, al igual que en otras ciudades medias de al-Ándalus, en las que el poder externo, representado por el alcázar, se aleja de los centros de sociabilidad de las poblaciones sometidas (la mezquita).

El dominio musulmán terminó en 1240, año en que mediante pacto, hicieron su entrada en la ciudad las tropas de Fernando III de Castilla. La población autóctona, ahora convertida en mudéjar, permaneció en la ciudad hasta la revuelta de 1262. Tras ello, Alfonso X procedió a su repartimiento para repoblarla con cristianos.

LA ÉCIJA BARROCA

La consolidación de la Écija cristiana irá aumentando la riqueza de la ciudad hasta llegar al siglo XVIII, momento que se considera “El siglo de oro ecijano”. La ciudad vive un esplendor de construcciones civiles y de iglesias vinculadas a la concentración de la propiedad y del poder eclesiástico y aristocrático. En esta época existían en la ciudad unos 40 títulos nobiliarios, 13 de ellos Grandes de España.

El casco histórico de Écija conserva uno de los mejores legados de arquitectura y arte barroco de Andalucía y, probablemente, de toda la Península Ibérica: palacios, iglesias (con las torres que han hecho famosa a la ciudad), conventos, edificios públicos y casas-palacio que, junto a sus ricos bienes muebles y a los amplios archivos documentales, constituyen un patrimonio histórico excepcional.

Encontramos tantos lugares de interés en la localidad que no podemos nombrarlos todos, por lo que os facilitamos algunas direcciones web con las que podréis disfrutar de las numerosas iglesias, parroquias, conventos o monasterios que salpican la ciudad. 

En cuanto a sus conventos destacamos el de los Franciscanos, Mercedarios, Filipenses, Teresianas y Capuchinos. En la arquitectura civil podemos disfrutar, entre otras, con las siguientes audioguías:

Palacio de Benamejí

Concluimos comentando el famoso grabado sobre la ciudad realizado a mediados del siglo XVI por Hoefnagle. Artista polifacético, nacido en Amberes, Joris Hoefnagel se interesó mucho por el paisaje y la pintura de género en la Sevilla del siglo XVI.

Écija, por Hoefnagle

En esta obra se puede observar una vista de la ciudad de Écija con el Genil en un primer plano. Destaca ante todo su amplio río, enmarcado por el puente que da acceso a la ciudad, parece que en el siglo XVI todavía se conserva la puerta del puente con su torre correspondiente.

Destacan igualmente sus lienzos de muralla con sus torres defensivas. Dentro del caserío urbano sobresalen las torres de las iglesias ecijanas propias ya de la modernidad y cristianización de la Écija que contempló el autor del grabado. Todo ello dota al conjunto urbano de las características que como gran agro ciudad ha mantenido hasta nuestros días, resultado de la vinculación que entre el campo y la ciudad se marca de forma clara en el periodo islámico, siendo su heredero el sistema de poblamiento y explotación de la tierra de época bajomedieval cristiana.

 

Cierre: 

Esperamos que visites Écija en cuanto sea posible, no te defraudará.

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