SERGIO LARRAÍN

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‘Lecturas de Fotolibros’ sigue con la reseña del fotógrafo José Almécija sobre el libro 'Sergio Larraín', concebido por Agnès Sire. ¿Te animas a participar? Escribe al CAF.

Este libro de Sergio Larraín es de los que más me gustan. Contiene fotos de su trabajo en La Isla de Chiloé; de los niños abandonados de Santiago de Chile, Bolivia, Perú, Argentina, Londres, París, Italia y de Valparaíso, con lo que incluye gran parte de su trabajo en un maravilloso compendio. De los fondos de la biblioteca del CAF, este es una de sus referencias importantes. Tanto las imágenes que lo integran como el autor de las mismas son de gran trascendencia en la historia de la fotografía.

Un escaparate en California muestra una máquina de escribir y, también, una cámara de fotos Leica. Estos objetos son los más bonitos que Larraín haya visto y mediante un trabajo de fregaplatos consigue comprarse ambos: “no es que quiera hacer fotos”, dice Sergio; de ahí que le dijera a su sobrino en una carta, años después, que “lo primero de todo es tener una máquina que a uno le guste” …

Él, que no quiere hacer fotos, durante un viaje por Europa con su familia, tras la muerte de un hermano -sobre todo en Italia, donde descubre la fotografía de Cavalli- gasta montones de carretes contribuyendo al aumento del archivo familiar.

Su padre es un arquitecto reconocido en Chile, y su familia tiene una buena posición, social y económica, pero a Larrain no le va mucho el “rollo burgués”, aunque intenta que sus padres acepten su trayectoria en todo momento. Por el contrario, a él le gusta la naturaleza y por ese motivo estudia en EEUU, en la Universidad de Berkeley, Ingeniería Forestal.

A los 19 años, confuso con todo, decide, según su propias palabras: “buscar una profesión que me permita vagabundear”. El fracaso absoluto con la flauta, que tocaba por los bares, junto al hecho de que le prestaran un laboratorio los fines de semana le da el empuje para que esa profesión sea la fotografía. Se traslada a la Universidad de Michigan a estudiar Fotografía.

Una vez de vuelta en Chile, Sergio Larraín se convierte en fotógrafo freelance con dos ejes fundamentales en su trabajo; por un lado, los niños abandonados de Santiago de Chile y, por el otro, la vida urbana de la ciudad. Con estos dos núcleos temáticos, realiza sus primeras exposiciones, en 1953 y en 1958 en Santiago.

Además, reúne un portafolio con sus mejores fotografías y lo envía al MOMA, a Edward Steichen, que era el director de la sección de fotografía, quien adquiere cuatro de estas fotos para los fondos. Esto le abrirá una estupenda puerta en el mundo de la fotografía.

Un par de años después entra a formar parte de la revista internacional 'O Cruceiro' de la mano de Santiago del Campo con el que hará unas cuantas colaboraciones. Poco después, Santiago de Chile bulle de cultura por todos sus rincones y hace varias exposiciones, destacando la realizada junto a Sheila Hicks (pintora), las fotos son en gran formato.

Ese mismo año se va a Buenos Aires donde realizará su primera gran exposición en la galería Galatea donde también expone Sheila Hicks. También retrata a los artistas chilenos del momento, se mueve con el grupo de cultura de vanguardia, en ángulos y poses intimistas y nada convencionales, incluso se acerca al surrealismo.

En 1959, por invitación del propio Cartier Bresson, entra a formar parte de la agencia 'Magnum' como asociado, y como miembro de pleno derecho en 1961. Trabajó como fotógrafo de prensa desde 1959 al 1963: “Creo que la presión del mundo periodístico -siempre dispuesto a saltar sobre cualquier tema- destruye mi amor por el trabajo y mi concentración”.

Hasta 2002 seguirá enviando a la agencia contactos y negativos, ya retirado en el norte de Tulahuen, en Chile.

© Sergio Larraín / Magnum Photos. Valparaíso, Chile, 1963.

Gracias a sus compañeros y amigos, tanto de la agencia como de su país, han permitido que se conozca su obra a través de exposiciones y publicaciones diversas mientras él vivía, pero toleraba estas exposiciones y opinaba sobre las mismas. De 2002 a 2012, cuando fallece, solo hace algunas fotos íntimas y encargos en los alrededores. La mayor parte de su vida la pasó retirado, haciendo yoga, dibujando y escribiendo.

Las cartas reproducidas en el libro tienen la importancia de testimonio directo y son importantes porque dan claves muy claras para entender su fotografía y sus imágenes, que son como un recorrido sin rumbo, pero que nos muestran la realidad de los lugares.

Porque la realidad es incierta y la realidad de cada cual es distinta; en las fotos de Sergio Larrain se refleja cómo entiende el mundo, cómo es y cómo quiere que sea.

Las fotos de Larrain son las fotos que todos quisiéramos haber hecho y haberlas encontrado nosotros porque son imágenes muy cercanas, con la naturalidad del que hace fotos en su casa. La mayoría tienen una composición vertical.

Vagabundear con una cámara colgada al cuello es una de las claves de la fotografía de Sergio Larrain. Se dice que una de esas fotos tirada al azar dio pie a la película de Antonioni Blow up (con la intervención de Julio Cortázar).

Casi 200 fotografías componen este libro, incluyendo algunas de las últimas que él llamaba “Simple Satori”, fotografías de detalles de su casa, de los alrededores y de lo que apreciaba.

De todos los fotógrafos, es el que mejor se mezcla entre la gente fotografiando de forma que no se nota, tan mimetizado con el entorno que formando parte de él, puede tirar fotos sin ser visto. “Una fotografía es un estado de gracia”.

© Sergio Larraín. Foto izquierda: Estación del metro de la calle Baker, Londres, Inglaterra (Reino Unido, 1958-1959. Foto centro:  © Sergio Larraín. Valparaíso, Chile, 1952. Foto derecha:  © Sergio Larraín. Pasaje Bavestrello, Valparaíso, Chile, 1952.

José Almécija, mayo 2021

https://josealmecija.com

 

Lista de fotografías:

1 © Sergio Larraín / Magnum Photos. Isla Grande de Chiloé (Chile), 1957.
2 © Sergio Larraín / Magnum Photos. Valparaíso (Chile), 1963.
3 © Sergio Larraín / Magnum Photos. Bar Los Siete Espejos, Valparaíso (Chile), 1963.
4 Secuencia de 3 imágenes:
     4.1 © Sergio Larraín / Magnum Photos. Estación del metro de la calle Baker, Londres (Reino Unido), 1958-1959.
     4.2 © Sergio Larraín / Magnum Photos. Valparaíso (Chile), 1952.
     4.3 © Sergio Larraín / Magnum Photos. Pasaje Bavestrello, Valparaíso (Chile), 1952.

Cierre: 

 

BIOGRAFÍA

José Almécija es licenciado en Bellas Artes en la especialidad de pintura por la Universidad de Granada.

Organiza varias exposiciones de pintura sobre todo en Granada y participa en diversos certámenes, encuentros y seminarios de arte.

Después de una etapa improductiva retoma la fotografía para documentar unas obras de Land-art realizadas en el playazo en 2010.

Desde entonces tiene la fotografía como medio expresivo, realizando fotos sobre todo de la calle en Almería y Madrid, ciudad que visita con cierta asiduidad.

Sus fotografías han sido expuestas colectiva e individualmente en galerías y otros espacios como bares, asociaciones etc. Destacando la exposición “admodum” en la sala Kokoro.

En la actualidad está preparando otro proyecto expositivo.

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