Pero es realmente una fiesta de humillaciones: el público sabe muy bien que el personaje es el hazmerreír del campus, y la película es bastante cruel en su tratamiento de la ingenuidad del personaje. La crueldad se realiza por completo en una secuencia literalmente brutal en la que Lloyd, ansioso por formar parte del equipo de fútbol, sirve como muñeco de tackle para el equipo cuando el muñeco de tackle real, un asunto manipulado por el jurado, se desmorona.

Lloyd realiza repetidamente golpes de contacto completos al cuerpo que lo dejan tirado en el suelo. Es la secuencia más peligrosa que jamás haya filmado: cualquiera de los tackles podría haberle roto el cuello. La culminación de sus autoengaños y la farsa perpetrada por los estudiantes llega en Fall Frolic, donde su esmoquin holgado se deshace. Es una de esas maravillas de sincronización, edición e ingeniosa construcción de mordazas por las que Lloyd es justamente famoso; también es una metáfora de la situación del personaje, ya que el esmoquin se desmorona al mismo tiempo que se expone la farsa, y Lloyd se da cuenta de que, lejos de convertirse en el gran hombre del campus, es el tonto del campus. Es como en la película “Carrie” con bromas en lugar de sangre. Después de esa revelación, el partido de fútbol en el que se redime mostrando su temple y anotando el touchdown ganador parece anticlimático; y se siente artificial y arbitrario en su construcción de mordaza. Está tan manipulado por el jurado como el muñeco de abordaje, y no logra borrar el dolor y la humillación de la terrible experiencia del personaje. Las variantes de Jerry Lewis de la comedia de humillación se remontan a esta película (y también a otras películas de Lloyd), aunque Lloyd siempre ha sido un veneno para el tipo de estudiosos del cine que estudian a Lewis con asiduidad, por lo que nunca hacen la conexión Lloyd-Lewis.

Texto extraído de //haroldlloyd.us/, página no oficial de los amantes de Harold Lloyd