PULSO INTERIOR: lirismo, terror, intensidad, poesía

El lirismo, combinado con la inevitable dosis de intensidad, es el hilo conductor de este nuevo ciclo de Jazz en Noviembre del Teatro Central. También la veteranía más activa y la juventud igualmente creativa. ¿Hay un artista que represente la poesía más pura que Enrico Rava? Quizás sí: Fred Hersch. Juntos, a dúo absoluto, podrían significar la quintaesencia del intimismo, del jazz reflexivo, melódico, intensamente poético, la madurez absoluta en pleno diálogo. Los dos, que han transitado multitud de vivencias junto a los más grandes y desde hace años también como líderes de sus propias invenciones —dos voces perfectamente reconocibles y los dos bien conocidos en este ciclo del Central—, anuncian un concierto asombroso. Solo sabemos que compartirán poesía, vanguardia depurada, armonías sin límite y sin duda experiencias inolvidables.

El coloso del saxo de nuestro tiempo tiene nombre Propio: Joe Lovano. Este todoterreno de resonancias mediterráneas y corazón de Nuevo Mundo une su música a la del Trío de Wasilewski, el grupo que unió su trabajo durante años al del inolvidable Stanko, otro poeta de la intimidad y de voz de nuevo inconfundible. Música de jazz del norte europeo que nos ha legado para ECM un disco revelador: Aretic Riff, una de las grandes maravillas editadas en estos últimos años. ¿Cabe esperar más?

El jazz andaluz puja por encontrar también su camino. La Big Band de Andalucía ya no es un germen: es un hervidero trufado de grandes figuras, emergentes y maduras y rebosantes de ideas propias. Pedro Cortejosa, en compañía de todos ellos, ha ideado una obra que corre todos los riesgos, pero también reúne todos los atractivos: Frankenstein, una versión del clásico gótico de Mary Shelley que destila intensidad, creatividad a raudales y contiene ese punto de ternura hacia el amado monstruo como nos enseñó que escondía el maestro Victor Erice. Imagen, recital fecundo de poesía, imaginación, y de nuevo intensidad.

Paula Bilá, de ascendencia chiclanera y criada entre Irlanda y estas tierras —de allí su regusto por el lirismo de otras latitudes— combina jazz y músicas de procedencias imprevistas. Quien la ha escuchado sabe que de ella se espera lo impensable, siempre en el terreno que combina la lucidez, el sueño, el folk y ese punto de swing que le acompaña. Mejor aún en la intimidad, como es este caso.

En las jam sessions, elemento imprescindible del Ciclo de Jazz en Noviembre y recuperado este año, un piano con sabor a jazz nórdico y repleto de soul nos presenta a Oscar Alvarez Rifbjerg, cruce genético de Dinamarca y Algeciras de última generación. Tiene mucho que decir, y lo dirá acompañado de lo más granado del jazz sureño.