Si no se hace, hagámoslo. Si no se habla a la cámara, hagámoslo;
si no se corta en seco la banda musical, hagámoslo; si no se
desconcierta al espectador hagámoslo; si no se bromea con el arte o
con la muerte, hagámoslo.
JEAN-LUC GODARD

El mundo está muy interconectado. La tecnología ha unido el mundo.
El diálogo entre artistas ya no es solo local, sino global. Desde mi punto
de vista, ya no es posible pensar en fronteras geográficas en el arte.
Tampoco hay fronteras respecto a las maneras de trabajar. Los artistas
ya no se definen como pintores, cineastas o artistas de performance.
¿Cómo trazar un camino por los territorios sin fronteras de las
disciplinas y la geografía?
FRANCES MORRIS. DIRECTORA DE LA TATE GALLERY. LONDRES

Pero ¿qué es más serio que el dinero? —le dije—. ¿Cuál es el término?
La visibilidad. ¿Cuál es tu visibilidad en este proyecto?
DON DELILLO. CERO K

En el último tercio de la temporada que os presentamos (abril 2017) se cumplirán 25 años del nacimiento de un sueño, de una aventura singular y única para nuestra Comunidad Autónoma y el resto de nuestro país.

En efecto, el Teatro Central celebra las bodas de plata de su maridaje con el espectáculo vivo, con la nueva creación escénica. No podía ser de otra manera, ya que este espacio nace de la mano de la celebración de la Expo 92 dedicada a ‘La Era de los Descubrimientos’ y el acuerdo de la Junta de Andalucía para que la Consejería de Cultura asegurase su actividad estable una vez acabado el evento. Fieles a este legado, a ello —EL DESCUBRIMIENTO—, nos hemos aplicado todo este tiempo y seguimos haciéndolo.

Soñar solo no es más que un sueño. Soñar en compañía es una realidad. La idea que subyace en esta famosa frase de John Lennon puede ser ilustrativa de algo que ha sido esencial para alcanzar el objetivo fundacional de este espacio.

Porque no hubiésemos llegado hasta aquí, somos conscientes, sin el concurso y apoyo crítico de artistas, especialistas, medios de comunicación y el seguimiento fiel de todos aquellos que dialogan noche tras noche con los espectáculos propuestos.

Sin olvidar otro requisito fundamental para la elaboración de nuestras temporadas: la capacidad de entusiasmo permanente de todos los que, a lo largo de estos años, han formado parte del equipo del teatro.

Nuestro catálogo como expresión del momento social que lo segrega.
La oferta artística, este catálogo, es el sello y la patria de un teatro, un lugar con fronteras definidas que debe emitir un mensaje claro.

Del mismo modo que cualquier producción artística, de una u otra forma, es producto del momento social que la segrega, la temporada 2016/17, igual que todas las que le preceden, ha ido tomando forma a partir del convencimiento de que nuestra labor irrenunciable es la de animar al público a comprender y disfrutar el arte de su tiempo. Un arte comprometido con la realidad en la que se inscribe y de la que da noticia con los medios que le son propios.

Los artistas son particularmente sensibles a esos movimientos de la historia que sacuden las certidumbres y las identidades, y su papel es el de compartir —sensiblemente— sus  interrogantes, sus dudas, sus visiones y sus emociones ante lo que ocurre en “su presente”.

Conscientes de que ningún país, ningún creador de ninguna generación tienen la exclusividad de lo que acabamos de afirmar, la programación que presentamos en estas páginas es  representativa de que el Central sigue siendo un espacio abierto al mundo y al cruce de generaciones, ya que es un compromiso institucional traer lo desconocido al frente y presentarlo de forma coherente y lo más brillante posible.

Una temporada marcada por nuevas incorporaciones
Hasta nueve creaciones de otros tantos artistas o colectivos, nunca antes incluidos en nuestras
programaciones, tomarán al asalto el Teatro Central.

En algunos casos se trata de citas pendientes. Citas no cumplidas por cuestiones de agenda o por puro desconocimiento. Pero el talento, como la realidad, es tozudo y ha acabado por imponerse.

El reconocimiento del talento, a veces se hace esperar, pero cuando lo hay se abre paso irremediablemente imponiéndose a ideas preconcebidas y opiniones predeterminadas. Es así como nuevos creadores y creadoras se suman a lo que solemos denominar como ‘escudería Central’: por derecho propio, imponiéndose a nuestra mirada y derribando la subjetividad.

Porque no ha sido la impaciencia del buscador de novedades a toda costa la que nos ha llevado a programarlos. La búsqueda indiscriminada de la modernidad y nuevos nombres no suele ser la mejor directriz para elaborar una programación coherente y contemporánea. Por una parte olvida que conocer una determinada corriente o el trabajo de un artista requiere de años de aprendizaje, años de acompañamiento en su personal viaje. Por otra, como decíamos antes, deja de lado el diálogo enriquecedor entre generaciones. No es más que la consecuencia del reinado de la obsolescencia que impone la dictadura de mercado, una dictadura que genera nuevos y superfluos productos minuto tras minuto.

Para nosotros la trascendencia de un espectáculo no se mide por el número de espectadores que asisten al mismo, sino por los kilos de conversación que genera antes, durante y después de verlo.

La presentación en el Central por primera vez de compañías reconocidas a nivel internacional como el Ballet de Lorraine o Dimitris Papaioannou; de colectivos como La Tristura o La Belloch; de autores y directores como Pablo Remón, Lali Álvarez, Sergio Boris y Carolina África y de actores y bailarines como Oriol Pla y Pere Faura, certifica el enriquecimiento de la nómina de artistas presentados por nuestro teatro a lo largo de los próximos nueve meses.

La escena de la crisis

¡Abajo la grandilocuencia! ¡Alto a los montajes formales y aparatosos! Bienvenidas las buenas historias que se acercan al público y le conmueven. Actores que más que jugar a interpretar una obra, se suben al escenario a vivir y sentir. Directores que saben esconder su talento y se ponen al servicio de un texto y unos intérpretes. Un nuevo movimiento se ha instalado, todos esperan que para quedarse de manera definitiva, en los teatros. Una corriente impulsada por voces muy diferentes de la dramaturgia provoca colas en las salas teatrales. Definitivamente hay voluntad de hablar con voz propia. El teatro se oxigena.

Así comenzaba Rocío García un artículo en El País publicado en junio de 2011. En él hizo un diagnóstico premonitorio de algo que hoy se ha convertido en una realidad incontestable: muchos de los espectáculos, equipos, autores/as, directores/as, coreógrafos/as… más revitalizadores de la escena actual en nuestro país, han nacido al amparo de pequeñas salas de ensayo, de casas, de pasillos, compartiendo escenario con los propios espectadores… han surgido casi ‘por necesidad’ de los implicados en estas producciones y han terminado por conquistar los escenarios de nuestros teatros institucionales más importantes.

A este respecto es sintomático que un espectáculo como La piedra oscura fuese el gran triunfador de la última edición de los Premios Max.

Algo o mucho ha tenido que ver la crisis económica en este proceso, pero también es cierto que todo este movimiento viene a constatar que sin grandes motivaciones interiores, el más prestigioso título adquirido con dinero no nos aportará ningún conocimiento verdadero, ni propiciará ninguna auténtica metamorfosis del espíritu.
(NUCCIO ORDINE)

Hasta once joyas producidas con el paisaje de la crisis al fondo trufan las siguientes páginas. Tomad buena nota de ellas.

Fieles a las trayectorias
Fieles a nuestra hoja de ruta, tampoco hemos olvidado incluir en nuestro programa a artistas emblemáticos en la trayectoria del Central. Caminar de la mano de los empecinados en exigirse y exigirnos una “mirada otra” sobre el hecho escénico es vital. Es por lo que nos felicitamos de volver a contar esta temporada con José Luis Gómez o Mario Gas o con Peeping Tom, Anne Teresa De Keersmaeker y Saburo Teshigawara, entre otros.

En definitiva, la selección de espectáculos que se incluyen en esta revista-catálogo, el trabajo realizado para hacerla posible siempre ha estado presidido por la siguiente máxima: HACER CERCANO AQUELLO QUE SE DESCONOCE ES EL OBJETIVO DE LA ACCIÓN CULTURAL. HACER EXTRAÑO LO QUE SE CREE CONOCER ES EL OBJETIVO DEL ACTO ARTÍSTICO. LA FRONTERA QUE SEPARA LOS DOS UNIVERSOS ES EL LUGAR EN EL QUE SE PRODUCEN LOS ENCUENTROS MÁS RICOS Y ENTUSIASTAS.

¡Bienvenidos!

Agencia Andaluza de Instituciones Culturales
Manuel Llanes
Director Artístico de Espacios Escénicos
Consejería de Cultura. Junta de Andalucía
Agosto 2016