“Desarrollemos la creatividad de todos para transformar el mundo”. Rodari, G.

En la actualidad, la creatividad está vinculada a más áreas de la producción humana de las que tradicionalmente cabía predicar. La creatividad se fomentaba, desarrollaba y desplegaba en el ámbito de las artes o permanecía encorsetada en las restricciones de tareas repetitivas y memorísticas. Sin embargo, la sociedad actual pone de manifiesto la necesidad de contar con individuos capaces de buscar soluciones, agentes que transformen circunstancias adversas en favorables. De ahí, el fomento de la expresión creativa en el ámbito educativo, pues es el entorno que debe transformarse en el contexto idóneo para buscar, impulsar y desarrollar la creatividad. No olvidemos que el alumnado  es el futuro de la sociedad.

La definición de creatividad ha sufrido pequeñas transformaciones según la óptica desde la que se ha abordado o el ámbito en el que se ha querido fomentar, véase al respecto el artículo de Esquivias Serrano en el que se realiza un sintético pero interesante repaso cronológico a las diferentes definiciones que el término ha sufrido  por parte de  psicólogos, pedagogos y educadores (Esquivias Serrano, M.T., 2004).

Fue en los años 50 cuando Guilford, entre otros, abordó estudios empíricos en los que la creatividad debía ser medida y cuantificada a través de indicadores en una clara relación entre creatividad e inteligencia (Guilford, 1950). Posteriormente en los años 70 y en los 80, los estudios se centraron en promover el pensamiento creativo y crítico. En los 90 se apuntaba a la creatividad como un concepto multidimensional, al tiempo que algunas teorías la vinculan  a un alto coeficiente intelectual y a la superdotación. Así talento, genio y creación a veces han ido de la mano. En otras ocasiones  se ha estudiado cercana al desarrollo de la personalidad del individuo. Al ser creativo se le atribuía sufrir algún trastorno de la personalidad. Más tarde se demostraría que no hay una base científica concluyente al respecto. En definitiva, este concepto se ha movido a caballo entre la inteligencia y la personalidad como algo inherente al ser humano.

Resume y arroja luz Miguel Ángel Casillas que coincide con el concepto de creatividad como “herramienta” a la que tenemos acceso y poseemos todos los seres humanos. En su ensayo Aspectos importantes de la creatividad para trabajar en el aula considera que es innegable el destacado papel de la inteligencia en el proceso creativo, puesto que ayuda a evaluar problemas y buscar ideas alternativas, pero en igual medida que la personalidad del individuo, su tolerancia, la confianza , la voluntad y otros recursos como el conocimiento, los estilos de pensamiento, la motivación y el entorno.

Es en este último punto en el que los educadores tienen un papel importante. Las demandas sociales y laborales vienen apuntando desde hace décadas a la creatividad como valor en alza. ¿Y no debe el educador fomentar esa característica del pensamiento y facilitar contextos educativos rompedores que la potencie?  En palabras de Piaget, recogidas por Kamii:

El principal objetivo de la educación es crear hombres que sean capaces de hacer cosas nuevas, no simplemente de repetir lo que han hecho otras generaciones: hombres que sean creativos, inventivos y descubridores. El segundo objetivo de la educación es formar mentes que puedan criticar, que puedan verificar, y no aceptar todo lo que se les ofrezca (Kamii, 1982).

De esta forma la escuela se convierte en el contexto generador de la expresión creativa, de la comunicación de ideas y opiniones. A este respecto, las leyes educativas siempre fueron claras al establecer el desarrollo de las capacidades creativas y el espíritu crítico como uno de los principios básicos de la actividad educativa, al propiciar la creatividad, la autonomía personal y el espíritu emprendedor  (LOGSE. Artículo 2.3., letra d); LOCE. Artículo 1.;  Decreto 97/2015, de 3 de marzo en el que se establece la ordenación y enseñanzas de Educación Primaria en Andalucía; Decreto 111/2016 14 de junio en el que se desarrolla el currículo correspondiente a Educación Secundaria obligatoria).

Del mismo modo, la relación entre el desarrollo de la creatividad y la adquisición de Competencias es indudable. El modelo curricular recogido en la Orden ECD/65/2015 de 21 de enero es un modelo basado en las capacidades y competencias. Y así lo apoya la Junta de Andalucía a través de programas educativos como el Programa  Creatividad Literaria.

 Avanzando en esta línea, ¿qué papel juega la Biblioteca Escolar en este proceso? Las Bibliotecas Escolares son entendidas como centros dinámicos de recursos multimedia y servicios de información para toda la comunidad educativa, así se recoge en las Disposiciones Generales sobre Bibliotecas Escolares de los Centros Públicos de Andalucía (Acuerdo del 23 de enero de 2007). De esta forma, la biblioteca se convierte en el lugar de referencia de un centro educativo:

• El espacio que reúne los materiales informativos del centro.
• El eje cultural del centro.
• El lugar de encuentro entre los miembros de la comunidad educativa.
• El punto de referencia para la búsqueda de otros lugares de conocimiento.

Entre sus ámbitos de actuación la Biblioteca Escolar debe apoyar el Plan de Lectura, la lectura reglada, contribuir al desarrollo de las competencias y proveer de recursos a las aulas (García Guerrero, 2012).

En definitiva, la Biblioteca Escolar es el espacio integrador de todos aquellos proyectos que fomenten el desarrollo de la competencia en comunicación lingüística, la competencia digital, así como las propias de la cultura emprendedora, dotando a la comunidad educativa de recursos y propuestas para el desarrollo de la creatividad, sin olvidarnos de la promoción y difusión de las producciones creativas. Se convierte así en el laboratorio de experimentos, en la cocina desde la que parten las buenas ideas proporcionando estrategias y técnicas al profesorado y al alumnado para que exploten su lado creativo.

En el siguiente monográfico partimos de la visión especializada que sobre creatividad nos ofrece en su artículo de opinión el psicólogo Diego Tomé Merchán.

Desde el ámbito de la experiencia recogemos dos entrevistas. De un lado entrevistamos a Tirso Priscilo Vallecillos, docente y escritor, experto en escritura creativa, que nos acerca con un discurso ameno y rico en aforismos diferentes técnicas y estrategias para fomentar la capacidad creativa en el ámbito escolar. Del otro, la entrevista con Elvira Mármol que nos ofrece no solo una visión sencilla, sino también práctica de la labor de la Biblioteca Escolar en el fomento de la creatividad en los centros educativos.

 La  realidad escolar  llega gracias a las  experiencias docentes:

•  “Sentidos figurados: una propuesta para la creatividad de la lírica” del IES Vega de Mijas (Mijas, Málaga).
•  “Lectaurant, la gastrolectura está servida” del CEIP Manuel Siurot. (La Roda de Andalucía, Sevilla).
•  “Experiencias sobre Creatividad Literaria” del IES J.L.Tejada Peluffo. (El Puerto de Santa María, Cádiz).
•  “Pequeñas historias de un álbum ilustrado” del CEIP Ntra. Sra. de los Dolores (Herrera, Sevilla).

Casillas, M.A. Aspectos importantes de la creatividad para trabajar en el aula. Campues virtual de la Universidad de Oriente. Maestría de dden Desarrollo Pedagógico. Recuperado de http://uovirtual.com.mx/moodle/lecturas/credu/1/engage.html

Esquivias Serrano, M. T. (2004). Creatividad: definiciones, antecedentes y aportaciones. Revista Digital Universitaria. Vol. 5. Núm.1. Recuperado de http://www.revista.unam.mx/vol.5/num1/art4/ene_art4.pdf

García Guerrero, J.  (2012). Contribución de la Biblioteca escolar al fomento de la lectura. DR3/BECREA. Documento de referencia para las bibliotecas escolares. Ed. Junta de Andalucía. 

Guilford, J.P. (1950). Creativity. American Psychologist, 5, pp. 444-454.

Kamii, C. (1982). La autonomía como objetivo de la educación: implicaciones de la teoría de Piaget. Infancia y Aprendizaje, 18, pp. 3-32.

Rodari, G. (1983). Gramática de la fantasía. Barcelona. Argos Vergara.