Itinerario lector femenino en la biblioteca de Primaria

martes, 06 de septiembre de 2022

En las bibliotecas escolares de Primaria, los fondos dedicados a autoras son significativamente inferiores a los dedicados a los hombres. Ni que decir tiene que un itinerario lector femenino está fuera de toda cuestión, pues sin él se perpetúa la invisibilidad de las mujeres en campos de trabajo públicos como la literatura. Este artículo denuncia esta realidad y propone una alternativa mediante un itinerario lector exclusivamente femenino.

Ana Vidal Lozano | CEIP Navas de Tolosa, Navas de Tolosa (Jaén)

En el segundo año como responsable de la biblioteca escolar del Centro de Primaria en que trabajo, me percaté de los fondos que había, qué géneros literarios tenían que ser compensados, cómo organizar los libros para que resulten más atractivos y que no había mujeres referentes de las que el alumnado pudiera echar mano ni puntualmente ni como una herramienta de conocimiento sólida que usar con propiedad y pertinencia para ampliar su bagaje cultural.

Los itinerarios lectores están concebidos como una excelente forma de organización didáctica literaria que asegura al alumnado que al terminar la etapa Primaria dispondrá de un reconocido conocimiento de obras canónicas y un equitativo conocimiento de los géneros literarios. Las obras son repartidas a lo largo de los distintos cursos de manera que, permaneciendo en el mismo centro escolar, el alumnado va adquiriendo modelos de representación literaria que les hace gozar y ampliar sus miras de por vida, pues se trata de sentar las bases del fomento y gusto por la lectura. En este no menor quehacer escolar, no fue sorpresa descubrir la omisión de autoras en aquellos itinerarios lectores con los que me iba encontrando.

Siendo la intención de este artículo denunciar la injusticia de seguir invisibilizando a las autoras, su carácter reivindicativo no me impide señalar un aspecto positivo de algunos centros que optan por dedicar un espacio exclusivo con la llamada “Estantería Violeta” en la que están ubicados aquellos títulos para la promoción de la coeducación, escritos por hombres o mujeres.

Sin embargo, he aquí donde reside la raíz de mi denuncia: mi interés no trata sobre la promoción de la coeducación, que ya está instaurada en los centros, sino de la ausencia de modelos femeninos que sean faro de inspiración y espejo de reconocimiento para el alumnado. Si preguntamos por personas importantes que se dediquen a la literatura, ¿cuántas autoras serían citadas por el alumnado? Me apuesto mi reino que quienes pudieran nombrar unos tres nombres propios podrían decir Cervantes, Machado, Lorca... y, siendo muy, muy, muy optimistas, tal vez Gloria Fuertes, quien es la honrosísima excepción generalizada en los itinerarios lectores.

Si eres responsable de biblioteca, feminista y te gusta un jaleo, al darte cuenta de esta realidad, el primer problema que encuentras es que la llamada literatura canónica de la que se han de nutrir los itinerarios lectores no ha tenido en cuenta a las mujeres, por lo que la búsqueda de obras cuyas autoras sean reconocidas a nivel universal te hace ya moverte en un suelo inexplorado, donde no hay senderos seguros. Nadie pone en duda que leer a Cervantes o a Borges te enriquecerá, pero ¿es Lee Harper, con una única obra, realmente alguien que merezca la pena? A estas alturas no haber dedicado una palabra sobre la pertinente necesidad de un itinerario exclusivamente femenino debe dar una pista sobre la naturaleza de los criterios que también podemos aplicar a la hora de elegir a las autoras. Ser canónica, cuando no te han tenido en cuenta, se me antoja muy enrevesado, es decir, querer vestir unas ropas que no han tenido en cuenta nuestras medidas puede muy fácilmente hacernos parecer unos fantoches. Por eso, es mejor empezar sin acomplejarnos: valientes y originarias. Lee Harper puede o no ser universal, lo que es seguro es que sí merece la oportunidad de ser visible, juzgada y tal vez con el tiempo, reconocida. Se sabrá entonces si es una impostora o no, por ejemplo, siguiendo el posterior rastro que deje su obra en las personas que la citen.

Meterse en faena optando por un itinerario lector femenino conlleva una serie de dificultades añadidas. La primera, como acabamos de ver, es la de la selección de autoras. Para esto mi consejo es que se haga de manera colegiada entre tantas personas como sea posible, porque no será fácil encontrar las referentes. La segunda dificultad, acordado un consenso en las autoras, será encontrar la mejor versión adaptada a literatura infantil de las obras. “El Lazarillo de Tormes” y “La Celestina” son clásicos, que si no hubiesen sido adaptados a las tiernas mentes infantiles jamás se habrían convertido en lecturas de referencia en los colegios. Finalmente, solo quedaría acoplar las autoras al mejor curso y asegurarse que haya un correcto equilibrio entre géneros; será algo así como entregar el anillo en Mordor… Al final se hace.

En esta tarea, recomendaría las siguientes lecturas, que nos ayudarán a hacernos una idea más ajustada de los porqués para meterse en estos berenjenales. Me ha llamado la atención, mientras me documentaba sobre el tema, la cantidad de estudios¹ que reconocen la injusta invisibilización de las mujeres y, sin embargo, las escasísimas iniciativas para remediarlo (las Sinsombrero y pare usted de contar). Apostar con riesgo a equivocarse es algo que aparentemente no está disponible y esto también me da la medida del miedo que todavía circula a alzar la voz para ser vista.

La primera lectura que recomiendo es “El Papel de las mujeres en la literatura” de Pilar Lozano Mijares. Rápidamente, cubre los aspectos que te asaltan cuando empiezas a preguntarte si es necesario el empeño. Disponible aquí.

La segunda lectura es tajante, brevísima y aclaratoria, “Un investigador de la UNED pide la reformulación feminista del canon literario para reparar el vacío histórico de voces femeninas en la Literatura”, disponible aquí.

Para terminar, os dejo mi inconclusa propuesta de itinerario lector femenino con la ilusión de recibir todas las aportaciones necesarias para terminarlo y el compromiso de agradecerlas todas: avidloz598@g.educaand.es. Por cierto, para las ansias vivas que amargamente se quejen sobre el hecho de excluir a los hombres del itinerario, recordarles que a la lectura se le aplica el mismo principio que a la recomendación de consumo de fruta diaria, que dice “cinco al día”, pero que no excluye la posibilidad de tomar diez. Aquí no aplica el principio de “menos es más”, justo lo contrario, en lectura “cuanto más, mejor”.