- Trabajar con el equipo docente el sentido y misión de nuestro centro. - Abrirnos a propuestas nuevas, que nos redescubran el valor reivindicativo y social de la educación permanente. - Mejorar las iniciativas pro empleo entre el alumnado en edad laboral de nuestro centro. - Fomentar la participación activa del alumnado en pequeñas y nuevas experiencias.

En un momento de muchos cambios educativos, metodológicos, tecnológicos y de cambios de valores, los Centros de Educación Permanente siguen sin un reglamento orgánico que les dé entidad y se dedican a ir hacia adelante sin tener claro ni el camino ni los objetivos. Necesitamos saber qué es lo que podemos ir poniendo en marcha que ya está en funcionamiento en los centros de Primaria, y cómo adaptarnos a las necesidades formativas que la ciudadanía va a demandar de aquí a un futuro cercano. Es una búsqueda de nuestra identidad, conjugando aspectos positivos que funcionan en otros entornos, como las comunidades de aprendizaje.