Conocer como aprenden los niños y niñas pequeños. Comprender el comportamiento de un niño/a y descubrir cuál es la meta que hay detrás de algunas conductas difíciles. Reflexionar sobre nuestra actitud ante los conflictos que surgen en el aula. Analizar cuál sería nuestro papel ante la gestión emocional de los/as pequeños/as. Conocer la filosofía de la Disciplina Positiva. Familiarizarse con herramientas basadas en la amabilidad y firmeza.

Aspectos en el desarrollo emocional y social del niño/a: Desarrollo socio-emocional, cómo aprenden los/as niños/as pequeños/a, etc. Curva de la conducta. Funciones de la conducta. ¿Me reta? ¿Frustración? Cómo actuamos ante un conflicto: ¿Pienso, siento, actúo? ¿Siento, pienso, actúo? Introducción a la Disciplina Positiva. Herramientas para afrontar las situaciones diarias: Involucrar a los niños, escucha activa, resolución de conflictos, etc. Puesta en común de situaciones conflictivas de clase y posibles maneras de abordarlas.

La Disciplina Positiva es un modelo educativo que permite entender el comportamiento de los/as niños/as, promoviendo actitudes positivas hacia ellos, con actuaciones o indicaciones firmes y a la vez respetuosas tanto para el niño/a como para el adulto. Se basa en la comunicación, el respeto, el entendimiento y la empatía para disfrutar de las relaciones sociales y da herramientas a padres, madres, educadores/as y docentes para valorar el comportamiento de los más pequeños, reconduciéndolos sin luchas de poder y siempre de forma positiva. Es un enfoque que no incluye el control excesivo ni la permisividad y que se basa en un contexto de la colaboración, con la intención de enseñar al niño/a competencias básicas para la vida. En el día a día de un aula es inevitable que surjan determinados conflictos, de hecho, son muchos los docentes que reconocen que dedican demasiado tiempo y esfuerzo a solucionarlos. Las diferentes reacciones del alumnado ante los conflictos, la actitud disruptiva, la falta de reconocimiento de las emociones y el no saber controlarlas generan situaciones en clase que no propician un buen ambiente de aprendizaje. Pero.. ¿y si el docente tuviera la oportunidad de capacitar al alumnado para que ellos mismos resolvieran sus conflictos? Esto puede ocurrir empleando la Disciplina Positiva. Su puesta en práctica en el aula no impide que surjan problemas, aunque si facilita la manera de enfrentarse a ellos y buscar soluciones. En este curso daremos respuesta al ¿por qué? del comportamiento de los niños/as más pequeños, qué pretenden conseguir con ello, como debería ser nuestra respuesta ante un conflicto y cuales serán las herramientas más adecuadas para solucionarlo.