-Iniciarnos en el conocimiento del funcionamiento de nuestro cerebro y su relación con el desarrollo de competencias emocionales. -Distinguir entre las tres partes de nuestra estructura cerebral: basal, límbica y corteza cerebral. -Conocer las competencias emocionales desde una perspectiva neurocientífica. -Desarrollar competencias emocionales: inteligencia emocional intrapersonal e interpersonal. -Educación emocional: entrenamiento cortical en el aula. -Fomentar la cultura de la evaluación de acciones formativas a través del cuestionario de Séneca.

-Evolución cerebral. Emoción vs. Sentimiento. -Neuroplasticidad. Conducta vs. Identidad. -Cerebro y percepción visual. Interpretación vs. Hecho. -Sistema de recompensa del cerebro. Visión vs. Sentimiento. -Sistema nervioso vegetativo. Comunicación Adulto-Adulto vs. Padre-Niño; Responsable vs. Víctima. -Relaciones de confianza. Vínculos. Ganar-ganar vs. Ganar-Perder. -Neuronas espejo. Empatía.

Nuestro cerebro es una gran obra de ingeniería resultado de milenios de evolución que nos permite interactuar con el medio aportando respuestas motrices y conductuales voluntarios e involuntarios a los diferentes estímulos a los que estamos expuestos. Podemos diferenciar 3 partes bien definidas en nuestra estructura cerebral: - Cerebro basal o reptiliano que se encarga de cubrir las necesidades vitales básicas. Vela por nuestra supervivencia. Comportamientos habituales como la defensa, la huida o necesidades sociales como la de formar parte de una manada/tribu son fruto del trabajo de esa área cerebral. - En un estadio más evolucionado encontramos el cerebro límbico o emocional en el que como su propio nombre indica se generan las emociones básicas que compartimos con los mamíferos. - Pero es sin duda la corteza cerebral y en concreto el área prefrontal de la misma (el último grito evolutivo) lo que nos hace realmente humanos. Nos aporta la capacidad de autoconciencia, de pensar y razonar, de gestionar nuestras emociones, de encontrar un equilibrio interno. Este taller se plantea con el objetivo de apoyar al desarrollo de habilidades emocionales (no intelectuales) de sus participantes y orientado a su aplicación en la educación y sirve como sensibilización en la temática como de revisión de contenidos si se realizó el Programa de Implantación de la Inteligencia Emocional en el ámbito educativo. Por ello, está dirigido especialmente al CEIP Sta Teresa de Jesús que lleva implantado la Educación Emocional en su centro desde hace varios años