Las lluvias y las suaves temperaturas son determinantes en cuanto al aspecto de las dehesas.
Como ya se ha comentado en semanas anteriores, la abundancia de
vegetación espontánea aseguran la alimentación de la ganadería
extensiva durante varios meses.
Por otra parte, en algunas zonas, las constantes lluvias han hecho
que la cabaña extensiva tenga que ser alimentada en los establos.