El ayuntamiento preside la plaza de la Constitución, el espacio público más significativo del casco antiguo de Belalcázar, vinculado desde uno de sus vértices a la iglesia de Santiago, edificio de cantería cuya escala destaca dentro del caserío.
Es un edificio exento, de dimensiones rectangulares, que sigue un esquema tipológico característico. Se organiza en tres crujías perpendiculares a fachada, resolviéndose la central como espacio de entrada y distribución y disponiendo las dependencias municipales en ambas crujías laterales. La fachada principal derrama una amplia escalera de acceso al edificio sobre la plaza, desplazando el tráfico rodado a los otros tres lados.
Desde su construcción a principios de siglo, la clara disposición de estas tres crujías se ha ido fraccionando para definir distintas dependencias, lo que desdibuja el proyecto inicial e impiden un reconocimiento espacial adecuado. La cubierta inicial inclinada se transformó en la actual azotea en los años 60, los forjados originales de madera se sustituyeron en los BO y el espacio trasero se colmató recientemente, en 1982, con unas construcciones auxiliares ajenas formal, funcional y espacialmente al edificio principal, relegando este vacío a un patio de luces. Por otro lado, los espacios laterales de servicio que articulan el edificio con los medianeros, apenas son reconocidos desde el exterior debido al tratamiento empastado con que se definen sus límites.
Se establece como objetivo de la intervención la recuperación arquitectónica y también la adecuación funcional del edificio y su adaptación a la normativa vigente, distinguiéndose entre aquellas actividades que deben resolverse en el edificio principal y aquellas que tienen un funcionamiento independiente.
La propuesta recupera los valores característicos de la condición pública del edificio y de sus espacios interiores y exteriores. Se mantienen en el edificio principal las dependencias políticas y de representación, y aquellos espacios acordes a la condición de edificio público, potenciando su espacialidad interior mediante la introducción de una apertura vertical que introduce luz indirecta en la crujía central.
En el corral trasero se sustituyen las construcciones por una edificación de nueva planta que recupera y cualifica este espacio, utilizándola para alojar aquellas funciones independientes de la dinámica del propio ayuntamiento, (correos, empresa del agua, emisora municipal, juzgado de paz), y dotarlas de la máxima accesibilidad e independencia.
En el edificio principal se redefine del programa funcional, racionalizándolo y aclarando el esquema tipológico de tres crujías, al tiempo que mediante puntuales perforaciones de los muros de carga y de los forjados se propone un mejor registro espacial, visual y funcional de los distintos espacios.
Entre el edificio principal y el cuerpo trasero se conforma un espacio exterior que se escapa por los límites medianeros, que relaciona las distintas zonas, que junto a la plaza es el mejor vestíbulo del ayuntamiento, desde este espacio volvemos a reconocer los principales edificios de Belalcázar: el propio ayuntamiento y de nuevo en segundo plano la espadaña de la iglesia completando el paisaje del caserío. Estos espacios abiertos de nuevo como dos bandas y entre ellas lo construido, como intervalos relacionados por vacíos.
Se potencia el doble acceso que ya existe en la actualidad, desde la plaza de la Constitución a través de la escalera de granito, que da paso al gran vestíbulo de la crujía central; de otro lado, un acceso sin barreras arquitectónicas, desde la cancela que limita la calle de la plaza interior a un vestíbulo más pequeño conectado directamente al salón de plenos y desde éste al vestíbulo central.
En el vestíbulo principal se refuerza la presencia de la escalera circular de peldaños de granito empotrados en el muro circular del fondo, liberada del forjado intermedio, lo que nos permite comprender visualmente todo el edificio desde la entrada. En planta baja se disponen aquellos usos más vinculados al público: salón de plenos, (cada vez con más presencia de ciudadanos, posibilitando otros usos para este espacio), el gran vestíbulo (también posible sala de exposiciones), información, oficinas de atención al público y aseos. En planta alta otro vestíbulo conecta las distintas dependencias, en la crujía de fachada el despacho alcalde, al que se accede a través de una antesala vinculada al balcón desde el que se presiden las fiestas y el despacho del secretario, grupos políticos y usos múltiples; al otro lado urbanismo, archivo y aseos.
La pieza del fondo, atirantada entre las medianeras laterales, deja un último vacío. Se define una entrada dilatada a modo de sala de espera conectando los vacíos, y a partir de ella se suceden las oficinas de correos, empresa del agua, emisora municipal y por último las dependencias del juez, reservándose un último espacio apretado contra la medianera, desde el que es posible plantear un acceso directo.