DATOS GENERALES
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Promotores y porcentajes de financiación: | ||
Consejería de Fomento y Vivienda 75%
Consejería de Educación, Cultura y Deporte 24%
Ayuntamiento de Huescar 1%
Arquitectos: Julia González Pérez-Blanco
y Miguel Bretones del Pozo
Arquitecto técnico: Roberto Alés Méndez
Empresa constructora: Constructora Villegas, S.L.
Redacción proyecto: 2007
Inicio de obras: 2008
Finalización de obras: 2013
Superficie total construida: 1.993,69 m2
Superficie espacios libre: 584,32 m2
Nº butacas: 305
Inversión total convenio: 5.071.291,92 euros
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Aunque los inicios de su construcción se remontan a 1.547, año en que los dominicos adquieren los terrenos, la Iglesia de Santo Domingo de Huéscar no se habilita hasta 1.585. El edificio forma parte de un ambicioso conjunto conventual que finalmente quedó reducido a un único cuerpo orientado de este a oeste de una sola crujía y tres plantas. Dos cuerpos más como este, debían, con el de la iglesia, encuadrar un claustro que jamás se afrontó y que quedó como un huerto o patio abierto, cerrado con simples tapias al norte y al oeste.
La iglesia constaba de nave central y dos laterales, de las cuales la más oriental no se llega a completar en su totalidad debido a la existencia de otras construcciones anejas. El crucero y la capilla mayor tampoco se llegaron a construir nunca. El arco toral que iba a comunicar con esta última se cegó, colocando sobre él el altar mayor. En el otro extremo, a los pies de la nave de la iglesia, se situó un coro alto.
No se tienen datos sobre cuando fue erigida la capilla de Nuestra Señora del Rosario, adherida pared con pared al este de la iglesia dominicana. Es posible que este popular edificio fuera levantado entre los siglos XVII y XVIII por la piedad de Huéscar, o de los devotos de esta imagen. Este edificio se concibió como un modesto lugar de culto, con un solo espacio interior abovedado acompañado de una serie de dependencias auxiliares de apoyo.
La pasión teatral del siglo XIX, que reinó en España y muy especialmente en la zona de Murcia, tan relacionada con Huéscar, motivó el nacimiento de la Sociedad del Teatro Oscense que adquiere la propiedad de la Iglesia de Santo domingo, adaptandola al uso teatral en 1.858. Estas obras consistieron fundamentalmente en inscribir el local de espectáculos en la nave principal de la iglesia, la dotación de camerinos y guardarropa en la parte delantera de la nave lateral oeste, frontera del convento, y la ubicación de la entrada principal a través de la capilla lateral del lado este, dando a la calle mayor, y que sirvió también de hueco de escalera para acceso a las plantas superiores. El robusto y amplio alfarje del coro, a los pies del templo, sirvió gracias a su gran altura de colocación, como soporte del paraíso; mientras el espacio que existía abajo, con una planta intermedia, se convertía a nivel de la calle en vestíbulo principal, y en el entresuelo, el foyer o sala de descanso y fumadores para los ocupantes de los palcos.
Estas obras, si bien alteraron por completo la visibilidad de las naves del templo dominicano, no afectaron para nada a su fábrica ni a su artesonado, que quedó oculto por completo a las miradas de los espectadores. El resultado fue especialmente gracioso, quedando un pequeño teatro muy completo y decimonónico, cuyo uso como tal, como sala de espectáculo o mítines, o como cine, se mantuvo hasta los años inmediatamente posteriores a la II Guerra Mundial.
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Cuando el uso como cine ocupa su lugar, el inmueble y su relevancia popular y urbana caen en progresivo abandono hasta su cierre definitivo, momento en que comienza la ruina de la antigua iglesia mudéjar. La iglesia y el convento que han llegado hasta nuestros días no son más que la muestra de un proyecto de grandes pretensiones y del que solo pudo llegar a ser realidad una parte donde destaca por méritos propios el espléndido artesonado que cubre la nave central de la iglesia. |
INTERVENCIÓN | |
Con esta intervención se pretende conseguir un doble objetivo, por un lado la rehabilitación arquitectónica del conjunto de edificios (Iglesia de Santo Domingo y Capilla del Rosario) y ordenación del patio del claustro anexo y, por otro, la rehabilitación funcional de la actividad teatral que se desarrolló en ellos desde mediados del siglo XIX.
Así, las actuaciones ejecutadas han ido encaminadas a rehabilitar el conjunto de tal manera que pueda albergar lugar toda clase de manifestaciones culturales, ya sean de teatro, de cine, de música, de danza, recitales, conferencias, etc. Esta intervención global sobre el edificio ha procurado mantener un medido equilibrio entre el trato cuidadoso y respetuoso que merece un Bien de Interés Cultural, con las necesidades espaciales y técnicas que requiere un contenedor de espectáculos moderno.
La sala de espectadores se sitúa en la nave principal de la iglesia con la escena localizada en una nueva pieza construida en su lado norte, en el lugar que hubiera ocupado el ábside y altar mayor de la iglesia, abriendo el arco toral cegado que pasa ahora a convertirse en el arco de embocadura de la escena. Todo ello al objeto de tener una óptima percepción del artesonado de la nave principal, el elemento de mayor valor del conjunto, y sin dividir este espacio.
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