Reseña histórica
El edificio del Gran Teatro fue terminado en el año 1923, con el nombre de "Real Teatro", título que le fue concedido por cédula de su Majestad el Rey D. Alfonso XIII. Su arquitectura, de estilo neoclásico en la fachada y funcionalista en la distribución interior, no responde por sus esquemas espaciales al diseño tradicional de un teatro, ya que se realizó pensando en el nuevo espectáculo denominado "cinematógrafo", que empezaba a surgir en la época. Prueba de ello es la desproporción existente entre la zona de espectadores y la escena o el vestíbulo, dependencias ambas mucho más reducidas en beneficio de un mayor aforo.
El proyecto, encargado por el empresario onubense D. Joaquín Gonzalo Garrido al arquitecto D. Pedro Sánchez y Núñez, responde formalmente en su diseño al eclecticismo de la época, cuando, tras la Revolución Industrial y el advenimiento de una nueva y pujante burguesía, una "crisis de estilo" hace reaparecer y confluir en la arquitectura toda una serie de antiguas tendencias estéticas de otras épocas.
Propuesta de intervención
La rehabilitación del Gran Teatro tiene dos finalidades, una de ellas es la de recuperar para Huelva una sala escénica que, además de cumplir con sus funciones específicas, potencie las actividades culturales que la ciudad demande, y la otra la de rescatar uno de los pocos edificios catalogados de interés histórico-artístico de la capital.
Aforo: 644 espectadores