ESPACIOS NATURALES:
gestión unificada de los parques nacional y natural de Doñana y Sierra Nevada
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El estado del estuario del Guadalquivir en el Grupo de Aguas del Consejo de Participación de Doñana
Sevilla (noviembre de 2009). La Consejería de Medio Ambiente pondrá en marcha un nuevo modelo de gestión integrada del estuario del Guadalquivir, que podrá prevenir futuros episodios de salinidad y turbidez en estas aguas como las que ocurrieron en la pasada campaña 2007-2008. Así lo confirmó la directora general de Planificación y Participación de la Agencia Andaluza del Agua, Isabel Comas, ante los miembros del Grupo de Trabajo de Aguas del Consejo de Participación de Doñana, entre los que se encuentran organizaciones ecologistas, agrarias, propietarios, sindicatos y los ayuntamientos del Espacio Natural de Doñana.

El grupo de expertos que comenzó su trabajo en la mesa de seguimiento del estuario, tras los altos niveles de salinidad y turbidez sufridos en la pasada campaña, ha terminado de instalar una amplia red de monitores a lo largo de todo el estuario, desde donde se recoge cualquier cambio en el comportamiento y funcionamiento normal de esta zona final del río.

Gracias a la instalación de esta red, los responsables en la gestión del estuario -donde convergen varias administraciones- podrán adelantarse a cualquier posible cambio en los niveles normales de salinidad y turbidez del río y tomar las medidas necesarias para paliar sus efectos.

Como ya concluyó la mesa de seguimiento del estuario, estos cambios en el comportamiento del río se debieron a fenómenos naturales,  por lo que había que conseguir un modelo de gestión integrada con el que prevenir futuros episodios y, de esta forma, paliar sus posibles efectos negativos contra el medio ambiente o las actividades socioeconómicas que dependen del buen estado de las aguas de la zona.

Los expertos han estado trabajando en este modelo y han concluido el primer paso del estudio con la instalación de toda una red de monitores que darán prácticamente en tiempo real cualquier posible cambio en el funcionamiento del río y en los niveles adecuados de salinidad y turbidez, niveles que en la actualidad presentan valores dentro de la normalidad. Concretamente, la salinidad se encuentra en 1,5 gramos por litro y la turbidez en 95 gramos por litro.