Durante el acto se proyectó el vídeo 'El hombre y Doñana' sobre la relación ancestral entre el ser humano y la naturaleza, y se entregaron distinciones a aquellas personas y entidades que han contribuido a la conservación y el desarrollo sostenible en Doñana. Así, se ha reconocido la labor de Pepe Clarita, Juan Cabello, Plácido Jiménez y la Sociedad Cooperativa de Hinojos, por su aportación al ámbito de la ganadería en Doñana; la trayectoria de Antonia Otero, Manuela Solís y Alfonsa González, como mujeres destacadas dentro de la comarca; la labor de Juan Fernández 'El Tenazas', por su aportación a un modelo de arquitectura típica; a Antonio López 'El Pato', por ser fiel al oficio de la pesca y haber puesto en marcha un restaurante singular, y al mariscador Diego Corchero, en representación de todos los que realizan esta actividad. También se ha alabado la actividad desarrollada por la Estación Biológica de Doñana, el Ayuntamiento de Almonte, el coloquio Doñana Ecosocial, el grupo Ecologistas en Acción, y la guardería y agentes de Medio Ambiente.
Como reconocimiento a las aportaciones a favor de la Doñana del futuro, los galardones han correspondido a las empresas que han apostado por la calidad en este ámbito (Etiqueta Doñana 21, Marca Parque Natural y firmas adheridas a la Carta Europea de Turismo Sostenible); al Comité Local de Agricultura Ecológica y a los grupos de educación ambiental Doñana Entorno y Almoradux .
'Un viaje en el tiempo'
Por otra parte, los asistentes al acto conmemorativo visitaron también la exposición pictórica 'Doñana' y la muestra bibliográfica y de hemeroteca 'Doñana, un viaje en el tiempo'.
Las primeras referencias históricas de este espacio se encuentran en el año 1262, cuando el rey Alfonso X el Sabio designó Real Cazadero la zona de La Rocina. El interés científico y natural de espacio, que aparece por primera vez con el nombre de Doñana en 1959, arranca en el siglo XIX con la publicación de un catálogo de aves observadas en algunas provincias andaluzas realizado por Antonio Machado.
En el siglo XX, los nuevos propietarios de Doñana introducen especies animales, plantan pinos piñoneros y organizan monterías (en 1940 se constituye la Sociedad Cinegética del Coto del Palacio de Doñana). La rica fauna de este lugar atrae igualmente a ornitólogos de todo el mundo, que proponen en 1952 la internacionalización de su propiedad. Es también en este año cuando José Antonio Valverde visita por primera vez Doñana y cuando nace World Wildlife Fund (WWF) para salvar este espacio natural.
En el año 1963, el Estado español, en colaboración con el Fondo Mundial para la Conservación de la Naturaleza (WWF), crea la Reserva Biológica de Doñana. Y en 1969 se declara el Parque Nacional, con una superficie protegida de 34.625 hectáreas, extensión que fue ampliada en la década de los setenta hasta las 50.720 hectáreas actuales. A este territorio hay que sumar la superficie catalogada como Parque Natural, un total de 53.835 hectáreas. En la actualidad todo el territorio forma parte de un único ámbito de gestión enmarcado dentro del Espacio Natural de Doñana, un modelo implantado a raíz de la transferencia en 2006 de las competencias de los parques nacionales al Gobierno andaluz.
Hoy día, el Espacio Natural de Doñana tiene más de 108.000 hectáreas de marismas, dunas, pinares, alcornocales y monte mediterráneo; ecosistemas que sirven de refugio a animales en peligro de extinción exclusivos de la Península Ibérica, como el lince o el águila imperial, así como más de 350 especies de aves que utilizan las marismas como lugar de paso o invernada y para nidificar; 1.214 especies de hongos y plantas, 24 especies de peces, once de anfibios, 21 de reptiles y 37 de mamíferos.