RESERVAS DE LA BIOSFERA:
el programa Hombre y Biosfera de la UNESCO
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El Molino de Abajo, ejemplo del uso activo de los elementos patrimoniales en Reservas de la Biosfera
Sevilla (enero de 2010). Los valores naturales de la  Sierra de Grazalema tuvieron su primer reconocimiento en 1977 al declararse Reserva de la Biosfera, comenzando una gestión especifica de protección  en  1985, asociada al Parque Natural Sierra de Grazalema  (53.411 hectáreas),  declarado por la legislación ambiental básica de la comunidad autónoma de Andalucía, que señalaba la necesidad de entender los espacios protegidos en su marco socioeconómico.

Este criterio se plasma en la planificación de todas la reservas andaluzas que cuentan con un Plan de Desarrollo Sostenible (PDS), además del Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) y el Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG), aunque es en el primero donde se concretan acciones más específicas como la Carta Europea de Turismo Sostenible (CETS) o la marca Parque Natural de Andalucía.

La Reserva de la Biosfera Sierra de Grazalema cuenta con PDS (2006), CETS (2005) y  21 empresas adheridas a la Marca Parque Natural de Andalucía (catorce de turismo, tres de artesanía y cuatro agropecuarias), con un total de 179  productos. Esta cifras dan una idea de la dinámica reciente de los catorce municipios que componen esta sierra -a caballo entre las provincias de Cádiz y Málaga- y que acoge una población total de  80.191 habitantes; así como de la significación que los valores de su patrimonio natural y cultural -apoyada en determinadas políticas públicas- está jugando en la reorganización de su estructura socioeconómica.

En este proceso son importantes las adaptaciones de antiguas explotaciones familiares a las nuevas expectativas del medio rural, algunas especialmente innovadoras como El Molino de Abajo; una instalación industrial hidráulica del siglo XVIII dedicada a la producción de harinas y enclavada en el casco urbano de El Bosque, que mantuvo su actividad hasta los años setenta del pasado siglo.

El Molino de Abajo inauguró su reconversión en 2005 con financiación mixta (privada y fondos FEDER), manteniendo la misma propiedad. Dos miembros de la familia, de generaciones distintas, desarrollan la  nueva actividad, asegurando la transmisión de la herencia patrimonial (material e inmaterial) del molino en su relación con el lugar y el conjunto de Grazalema. Este criterio de reconversión ha permitido mantener la unidad funcional  familiar, de manera que el mismo conglomerado edificatorio acoge la vivienda y los distintos servicios que ofrece: aula-taller, visitas y salón de usos múltiples.

El digno e interesante producto final es original por su sencillez y flexibilidad, interpretando el patrimonio de  forma eficaz,  poco forzada y contemporánea.