El 80 por ciento de los vertebrados que habita en la Laguna Grande son aves, entre las que destacan especies como ánades, cercetas, patos cuchara y, en menor medida, garzas, cigüeñuelas o martinetes. Además, la cubierta vegetal de este espacio natural proporciona cobijo ocasionalmente a especies amenazadas como la malvasía cabeciblanca, el águila pescadora o la garcilla cangrejera.
Este paraje natural, además de organizar actividades de carácter ornitológico, acoge otras de gran valor turístico y cultural. Por ese motivo, cuenta tanto con un observatorio de aves y un punto de interpretación como con una escuela de hostelería o un museo sobre el proceso de elaboración del aceite de oliva.
La laguna, cuya titularidad recae en parte sobre una comunidad de regantes, contribuye al mantenimiento de actividades económicas como el turismo ornitológico o la agricultura y aporta beneficios ambientales como el filtrado de agua, la regulación de caudales y la prevención de inundaciones.
Para la preservación de este y otros espacios incluidos en el Inventario Andaluz de Humedales (184 en total) se puso en marcha el Programa Andaluz de Gestión de Humedales, que realiza actuaciones como elaboración de censos de aves invernantes, control de la calidad de las aguas, o seguimiento del caudal natural que regula los humedales y de la vegetación que los circunda. El objetivo principal de este programa radica en promover la sensibilización e implicación de los agricultores y de la población del entorno en la conservación de estos humedales y de la flora y fauna que albergan.
Andalucía es la comunidad española con mayor número de humedales (17%), con más de la mitad de la superficie nacional.