Sevilla (noviembre de 2006). La Consejería de Medio Ambiente ha realizado tratamientos preventivos de plagas en un perímetro de 500 hectáreas de terreno de la zona del Parque Natural Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas donde se restaura el terreno afectado en 2005 por un incendio forestal provocado por una tormenta eléctrica, y que afectó a una superficie de 6.000 hectáreas.
Medio centenar de personas, de las 500 que trabajan haciendo labores de restauración, han estado dedicadas al tratamiento con insecticida específico de los pinos de la zona, que han quedado muy debilitados por la falta de lluvias y corrían el riesgo de ser infectados por algunos pies quemados donde se han encontrado larvas de ips sexdentatus y tomicus. La llegada de las lluvias, la altura y el frío han sido factores determinantes para hacer mucho más efectivo el tratamiento.
Así, a lo largo de las últimas semanas se ha procedido a la corta de pies dispersos para que no desarrollaran las larvas y la aplicación del insecticida con la ayuda de dos motobombas. En algunos casos se han dejado algunos pinos en pie para que ejerzan las labores de "señuelos o cebos" en caso de verse afectados por estas larvas.
La Delegación de Medio Ambiente ha seleccionado una de las variedades de producto más extendidas en el uso sobre cultivos debido a su control efectivo y a la mínima toxicidad para los mamíferos. Además, controla una gran gama de insectos con su aplicación. De esta forma, se evita que los trabajos de restauración y reforestación se vean afectados por cualquier plaga que pudiera aparecer en una zona debilitada en sus defensas naturales y que intentara colonizar los pies sanos. El tratamiento se ha centrado en la madera y las ramas de los fustes o árboles en pie. La época elegida para el tratamiento coincide con la de mayor potencialidad de aparición, algo que se ha atajado con el trabajo de los técnicos.
Las larvas de ips sexdentatus y tomicus se transforman en insectos tras su paso por la fase de pupas. Se refugian en la corteza de los pinos horadándolos y, en caso de encontrarse con una infección de este tipo, es necesario comprobar que existan agujeros de salida en el tronco y las ramas más gruesas para controlar que hayan abandonado el pie. El árbol afectado presenta, además, un color cobre o alimonado en sus ramas.