Sevilla (septiembre de 2007). En los dos últimos años, desde que se produjera el traspaso de competencias en la gestión del Parque Nacional de Doñana del Ministerio de Medio Ambiente a la Junta de Andalucía, la Consejería de Medio Ambiente ha llevado a cabo un plan de medidas urgentes para recuperar la población del águila imperial, seriamente amenazada en este espacio protegido.
Así, en esta temporada de cría, se han censado siete parejas en Doñana, de un total de cincuenta identificadas en Andalucía, de las que han nacido nueve pollos. A estos hay que sumar otros tres procedentes de Sierra Morena, reintroducidos en Doñana dentro del Programa de Actuaciones para la Conservación del Águila Imperial Ibérica en Andalucía. Este aumento de la productividad equivale a la que había a comienzos de los años noventa en esta zona, con once pollos al año.
Por otro lado, en los dos últimos años no ha muerto ningún ejemplar de águila imperial en la fase nidícola, un dato muy optimista si se tiene en cuenta que la mortalidad para una población no manejada alcanza el veinte por ciento de los pollos nacidos. Se estima que esta tendencia positiva continúe así, ya que tampoco se ha producido ninguna baja en la población reproductora.
Las actuaciones de manejo y coordinación aplicadas con un mismo criterio entre Parque Nacional y Parque Natural en Doñana, y siguiendo los protocolos del Programa de Conservación de la especie de la Consejería de Medio Ambiente, ha sido clave para la obtención de estos resultados.
Dentro de este programa, se han reintroducido en los últimos tres años un total de ocho pollos mediante la técnica conocida como hacking, que en su mayoría eran hembras, para equilibrar la desproporción de sexos que se daba en los nacimientos, que agravaba la supervivencia de la población.
A estos hay que sumar otro pollo más, reintroducido este año en un nido en el que la puesta había resultado infértil, para que lo criaran sus padres adoptivos.
Todas estas medidas urgentes fueron impuestas por la Comisión Mixta de Gestión de Parques Nacionales en Andalucía, en julio de 2004, con el objetivo de recuperar la población de águila imperial en Doñana.
Entre otras actuaciones, cabe destacar la vigilancia y corte de accesos para garantizar la reproducción de las águilas en espacios no protegidos; la aportación de alimentación suplementaria; el análisis genético a partir de las plumas caídas durante la muda, en un trabajo conjunto entre el Consejo superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Consejería de Medio Ambiente; el radiomarcaje de pollos nacidos, toma de muestras y posterior análisis en el Centro de Análisis y Diagnóstico de la Consejería de Medio Ambiente, procurando siempre minimizar las molestias que pudieran provocar estos manejos; así como la corrección de unos 2.000 apoyos de tendidos eléctricos peligrosos con el fin de evitar la mortalidad no natural en las dos áreas de asentamiento temporal para la especie: la campiña de Cádiz y el Andévalo, en Huelva.
Medidas urgentes
La Junta de Andalucía, el Ministerio de Medio Ambiente y el CSIC elaboraron un informe sobre la situación del águila imperial en Doñana, junto con una propuesta de actuaciones en las que se marcaban unas directrices generales. En base a aquello, en 2004, la Comisión Mixta de Gestión de Parques Nacionales en Andalucía decidió poner en marcha una serie de medidas urgentes para la recuperación de esta especie en el área de Doñana.
Estas medidas, que se comenzaron a ejecutar en 2004, tenían cinco objetivos: la disponibilidad de alimento, el éxito reproductor, la disminución de la mortalidad y el seguimiento científico y de la ejecución de este plan.
Entre las acciones llevadas a cabo en todo este período destacan las siguientes: aportación de alimentación suplementaria a las parejas (4.398 conejos entre 2004 y 2007); construcción de cercados de alimentación suplementaria; disminución de depredadores oportunistas (275 zorros, 93 perros, 60 gatos y 1.402 jabalíes); actuaciones de manejo de hábitats; eliminación de eucaliptos que pudieran ser soporte de nidificación peligroso para la especie; instalación de microcámaras de control remoto; recogida de información y georreferenciación de los datos de envenenamiento en Doñana; y un programa de acciones para la lucha contra el veneno; información y ayuda a propietarios y asociaciones de cazadores del entorno de Doñana.