CONSERVACIÓN DE LA BIODIVERSIDAD:
protección de la flora, la fauna y sus hábitats
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La población reproductora de alimoches registra en Andalucía el primer incremento desde 2000
Sevilla (octubre de 2008). El último censo realizado por técnicos de la Consejería de Medio Ambiente ha fijado la población reproductora de alimoches en 33 parejas establecidas dentro de la comunidad autónoma en 2008. Esta cifra supone el primer incremento poblacional registrado desde que la Administración pusiese en marcha el seguimiento exhaustivo de la especie en el año 2000 (en 2007 se censaron 32 parejas). Se puede hablar, por tanto, de una tendencia a la estabilización de las poblaciones, ya apuntada el pasado año, y de un progresivo aumento de estas.

Las cifras obtenidas por provincias colocan a Cádiz en primer lugar, con diecinueve parejas reproductoras, seguida de Jaén (6), Málaga (5), Córdoba (2) y Sevilla (1). Si en 2007 la población se mantuvo intacta respecto al año precedente, en esta ocasión Cádiz  ha aumentado levemente su número de parejas, lo que ha dado lugar al esperanzador incremento poblacional ya mencionado. En el resto de provincias el número ha permanecido estable.

A pesar de esta ligera evolución al alza, las cifras aún constatan el descenso experimentado en los últimos tiempos por estas aves, cuyo número de parejas era de cincuenta en el año 2000. Con el objetivo de variar la delicada situación que atraviesa la especie, provocada fundamentalmente por causas antrópicas, Medio Ambiente inició en 2004 el Programa de Actuaciones para la Conservación del Alimoche en Andalucía. Esta estrategia está basada en el control de la población reproductora y en la ejecución de las actuaciones necesarias para conseguir la supervivencia de los individuos, la salvaguarda de sus territorios de cría y la consecución de una reproducción exitosa.

Al tiempo que se ha invertido por primera vez el descenso en el número de parejas reproductoras, las medidas puestas en marcha por la Administración ambiental han permitido alcanzar otros logros importantes. En este sentido, se ha fijado el primer dormidero comunal de alimoche común en Andalucía (de 10-12 alimoches, que en 2008 ha aumentado a 15-20 y que durante el paso migratorio ha llegado a alcanzar los 40 ejemplares). Este hecho permite reunir individuos que una vez alcanzada la edad adulta podrán recolonizar territorios desocupados y ocupar otros nuevos.

Por otro lado, la Consejería de Medio Ambiente está trabajando en varias líneas de actuación como el marcaje pollos para el estudio de los movimientos dispersivos y migratorios de los alimoches preadultos, o el análisis del estado sanitario de la población y la detección de molestias y amenazas en los territorios de cría.

Pero los dos pilares fundamentales para estabilizar y recuperar la población andaluza de alimoche común son, por un lado, la realización de aportes diarios de alimento en comederos, cuyos objetivos son incrementar la presencia de población no reproductora que pueda criar en la región en años venideros, y aumentar la supervivencia de las parejas ya establecidas; y, por otro lado, el desarrollo de la Estrategia Andaluza contra el Uso de Cebos Envenenados, basada en la concienciación de propietarios de fincas cinegéticas y ganaderas y en el uso pionero de equipos caninos como herramienta disuasoria.

Las causas del declive experimentado en años precedentes por las poblaciones vienen determinadas por una tasa de mortalidad adulta inusualmente elevada, motivada sobre todo por el uso ilegal de cebos envenenados, colisiones con parques eólicos y electrocuciones. La escasez de individuos inmaduros que suplan las bajas de ejemplares reproductores, los bajos parámetros reproductivos, las molestias en los territorios, la degradación del hábitat y la retirada de cadáveres del campo motivadas por las directivas europeas se suman a la problemática de esta especie amenazada.