Buitres leonados. Sierra de Aracena y Picos de Aroche (Huelva)
En la dehesa, existen una variada gama de bienes y servicios ambientales que son omitidas a la hora de llevar a cabo estimaciones económicas para observar su rentabilidad, especialmente en los casos de servicios como el paisaje y la biodiversidad amenazada. Estos son considerados rentas ambientales de los ecosistemas y se han ido incorporando en los últimos años a los sistemas nacionales de contabilidad. Existen variables que ayudan a poder calcular estas rentas: las visitas recreativas del público, el paisaje forestal producido, la biodiversidad amenazada, la recolección de setas o la fijación y emisión de carbono forestal.
La protección del suelo frente a la erosión, el almacenamiento y secuestro de carbono, su condición de hábitat para la biodiversidad o su dimensión paisajística y cultural son aspectos que gozan cada vez de un mayor reconocimiento y valoración. Reforzar la provisión de estos bienes y servicios forma parte esencial de los principios y fines de la Ley para la Dehesa.
Asimismo, estos bienes y servicios ambientales contribuyen a la justificación del gasto público que se invierte en las dehesas. Las ayudas agroambientales, las inversiones dirigidas a la regulación y gestión de montes y las destinadas a actuaciones de conservación, pueden suponer pagos adicionales a las actividades
tradicionales generadoras de renta (ganadería extensiva, caza, obtención de corcho, etc.).
Es necesario valorar estas producciones ambientales con el objeto de diseñar medidas de apoyo público que ayuden a conservar la dehesa. En Andalucía se cuenta con la experiencia del proyecto RECAMAN (Renta y Capital de los Montes de Andalucía) cuyo objetivo principal es la valoración económica total de los ecosistemas forestales basada en la generación propia de información comercial y ambiental económica de los montes andaluces.
La rentabilidad privada actual corre el riesgo de estar comprometida a medio y largo plazo ante la depreciación del valor del capital arbolado debido a su envejecimiento, deterioro y a su falta de renovación. La conservación de la dehesa está hoy en día muy comprometida por una serie de causas que están rompiendo el equilibrio de sus recursos y del sistema de explotación.