Cielo andaluz como patrimonio natural y recurso

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Cielo cubierto de estrellas

El cielo nocturno andaluz es un patrimonio natural, cultural y científico que tenemos la obligación de preservar, tanto por su potencial como motor económico generador de empleo verde, como por el legado que supone para las generaciones andaluzas futuras.

Andalucía goza de una gran superficie protegida por su elevado valor ambiental; aproximadamente, un tercio del territorio cuenta con alguna figura de prevención. Se trata de la red más importante en extensión y en número de espacios protegidos de la Unión Europea. En dichas áreas habitan gran variedad de especies animales y vegetales vulnerables a las alteraciones que el ser humano pueda causar. Por ello, desde las distintas Administraciones no cesan los esfuerzos para su preservación, existiendo una amplia conciencia social al respecto.

Además de su rica biodiversidad, los espacios naturales de Andalucía cuentan con un magnífico valor añadido que, aun siendo menos conocido por la sociedad, se puede disfrutar sin apenas esfuerzo; si desde cualquiera de estas zonas, de noche, alzamos la mirada hacia el firmamento, descubriremos ante nosotros un espectacular cielo cubierto de estrellas.

Instalaciones del Observatorio astronómico de Calar Alto

Fotografía tomada desde Calar Alto

Un cielo de excelente calidad, como el que existe en Andalucía, es una ventana abierta al universo. No en vano, ha sido históricamente un referente mundial para la observación astronómica. Prueba de ello es la ubicación de dos observatorios profesionales de carácter internacional en nuestra geografía: el Observatorio Astronómico Hispano-Alemán de Calar Alto (Almería) y el Observatorio de Sierra Nevada (Granada).

Ambos centros constituyen los pilares del avance de la astronomía española. La calidad de los cielos, las prestaciones de sus telescopios y la renovación continua de su instrumental y tecnología, mantienen a nuestra Comunidad en primera línea a nivel internacional en este campo. Además, mediante estos observatorios, Andalucía participa en grandes proyectos de I+D+i de desarrollo instrumental, en los que se implica a multitud de equipos de investigación y de empresas españolas, que participan así en estos avances científicos, tecnológicos y empresariales.
Cielo andaluz como patrimonio natural y recurso

Intrusión lumínica en vivienda

Esta situación redunda de manera directa en un aumento del brillo del cielo nocturno, que dificulta las investigaciones astronómicas y puede causar daños a ecosistemas, provocando alteraciones en los ciclos vitales y en los comportamientos de especies animales y vegetales con hábitos de vida nocturnos.

No se debe olvidar que los ciclos de luz y oscuridad son uno de los principales factores determinantes de los periodos de descanso y vigilia en los seres vivos. En este sentido, multitud de especies cercanas a la base de la cadena trófica, como los insectos nocturnos, son muy sensibles a la luz. De la misma manera, el efecto de la iluminación artificial puede resultar fatal para determinadas especies que recurren a la oscuridad total de la noche y a los cielos estrellados para guiarse desde los lugares de cría hacia el océano (tortugas marinas o aves). Además, muchas conductas animales están sincronizadas con los ciclos lunares que pueden quedar enmascarados por el incremento del resplandor del cielo debido al alumbrado, afectando de manera impredecible al apareamiento, la migración, la alimentación y otras actividades esenciales de los organismos.

Otro impacto negativo recae en la calidad ambiental de las zonas habitadas, ya que aumenta la intrusión lumínica en el ámbito privado, provocando molestias que pueden llegar a incidir en la salud de las personas.  Las últimas generaciones han crecido bajo las luces de las calles, por tanto, es fácil olvidar que la luz artificial utilizada en el alumbrado público es, en términos biológicos, una invención reciente. El ser humano, al igual que el resto de especies del planeta, ha evolucionado en coordinación con el ciclo día-noche y ha desarrollado así su sistema circadiano. Actualmente, se dispone de indicios científicos que sugieren que una exposición excesiva a luz blanca durante la noche altera el orden temporal interno; efecto que se asocia al desarrollo de determinadas enfermedades.

Además, el diseño del alumbrado con intensidades excesivas, direcciones o rangos espectrales de luz inadecuados, incrementa innecesariamente el consumo energético, originando un aumento de los costes económicos y de la producción de contaminantes atmosféricos.

Desde esta Consejería se fomenta una iluminación sostenible; aquella que emplea la luz sólo donde, cuando y como sea necesaria. Esto implica, en primer lugar, decidir qué es oportuno iluminar y qué no y, en segundo lugar, acometer el diseño impidiendo la emisión directa al cielo, el deslumbramiento y la luz intrusa hacia las viviendas, así como evitar niveles excesivos de iluminación, ajustar el horario de funcionamiento y emplear el color de luz adecuado.