“Granada me ha cogido el corazón, estoy como herido,
como vacilante. Ahí no me daba tanta cuenta… La
luz y el agua forman en mi fondo los laberintos más
prodigiosos… Y el sol me tiñe de una pena prodigiosa, y
el agua me suena como si fuera mi propia sangre”.
Juan Ramón Jiménez a Isabel García Lorca