Página 53 - Granada

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Agua
& Territorio
Granada descansa en las faldas de la imponente sierra que le brinda protección ante
amenazas hostiles y que garantiza su abastecimiento de agua incluso durante el
caluroso verano, gracias a sus generosos neveros. Desde su emplazamiento elevado
domina la vega del Genil, a salvo de las inundaciones invernales, y especialmente
de primavera, cuando aumentan los caudales con el deshielo hasta el punto de
desbordarse los cauces y generar áreas encharcadas de ambientes insalubres.
Otra ventaja de su asentamiento procede de su posición en el límite entre la Sierra
y la Vega. Granada se beneficia así tanto de los pastos y otros frutos de la montaña
como de las feraces tierras de cultivo del llano en las que no falta el riego.
Pero el agua no sólo ha conformado la fértil vega que la alimenta y enriquece.
También, gracias a ella y a su poder erosivo, ha tallado los pasos naturales que
posibilitan franquear la mole de Sierra Nevada y otras sierras limítrofes. Un agua
que abre caminos y conecta tierras: Por el sur ha despejado la salida hacia el mar y el
mundo mediterráneo; por el este, el río Darro acompaña al viajero en su andadura
hacia el interior, en dirección a Guadix; hacia el norte es el río Velillos el que abrió
un profundo desfiladero, paso obligado hacia las tierras de Alcalá la Real; hacia
poniente el Genil ha labrado en la angostura de Loja el paso hacia las campiñas del
Guadalquivir. Y quien tuviera la llave de estas rutas cruciales, tendría en sus manos el
control del territorio, algo que detenta Granada.
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