
Acude a nuestros centros de visitantes, puntos de información y ecomuseos para sacarle el máximo partido a tu visita.
El río Castor o del Castor constituye una más de la decena de Zonas Especiales de Conservación que se encuentran asociadas estrictamente a cauces en el litoral sudoccidental de la provincia de Málaga. Su nombre pudiera quizás estar relacionado con la presencia de castores europeos que ocupaban ciertos ríos en la Península Ibérica, especialmente en el norte pero llegando incluso hasta la cuenca del Guadalquivir, aunque no se tiene constancia de que la especie se distribuyera tan meridionalmente hasta Estepona. Cabe también la posibilidad de que en su momento las nutrias, que sin duda pululaban por sus aguas, fuesen erróneamente confundidas con castores, quién sabe.
Este río comparte su curso con dos espacios de la Red Natura 2000. Su nacimiento se produce en la Z.E.C. Sierras Bermeja y Real, al este del Alto de Porrejón y en la cual ocupa un primer tramo de unos 6’6 kilómetros de desarrollo, y fuera de los límites de aquella adquiere entidad propia en la Z.E.C. Río de Castor, de aproximadamente 7’5 kilómetros de sinuoso trazado hasta su desembocadura en la llamada Punta del Castor, junto al Mediterráneo. Su régimen hídrico es temporal con partes que se comportan como torrenciales o como zonas con rápidos, y está sujeto a un fuerte estiaje en verano que hace que en las áreas bajas el agua pueda llegar incluso a desaparecer, mientras en época de fuertes lluvias invernales su caudal es capaz de aumentar ostensiblemente.
La presencia en determinados tramos de hábitats naturales y de hábitats de especies de los recogidos en la Directiva Comunitaria relativa a la conservación de los hábitats naturales y de la fauna y flora silvestres justificó la inclusión de este espacio en la lista de Lugares de Importancia Comunitaria de la región biogeográfica mediterránea, así como su posterior declaración como Zona Especial de Conservación. Se comporta como un verdadero corredor ecológico que comunica la Z.E.C. Sierras Bermeja y Real con el mar, compartiendo ecosistemas y por tanto elementos de la biodiversidad.
Fundamentalmente la protección de este ecosistema fluvial tiene como objetivo primordial el mantenimiento y la conservación de la población sedentaria de nutria asentada en la mayor parte de las corrientes superficiales que drenan Sierra Bermeja hacia el mar, y entre las cuales se establecen lazos genéticos. Pero no sólo la nutria justifica la protección dada a esta área cuyo eje lo constituye el río, Cabe destacar en la Z.E.C. la existencia en una gran parte de sus riberas de frecuentes formaciones en galería originadas a base de matorrales ribereños termomediterráneos, en los que aparecen especies tanto arbustivas como herbáceas asociadas a adelfares con fuerte estiaje y tarajales muy dispersos con pastizal perenne.
El Río Castor da cobijo a otras especies por las que se aplican medidas de protección adicionales y se favoreció su inclusión en la Red Natura 2000. Entre ellas podemos citar al galápago leproso, un reptil común del sur peninsular, así como a otro vertebrado verdaderamente singular también tenido en cuenta por la Unión Europea como es la boga del Guadiana, un pez cuya conservación va ligada a la de la propia nutria al servirle de alimento. En lo que se refiere al grupo de las aves tanto el precioso martín pescador como el señorial martinete son dos de las especies más emblemáticas que puntualmente pueden ser descubiertas, no sin antes derrochar paciencia y sigilo, y resulta interesante conocer que el tercio norte de la Z.E.C. está incluido dentro del ámbito de protección de las aves necrófagas y concretamente para el alimoche. Entre los insectos existen ciertas especies de libélulas presentes en la Z.E.C. las cuales, por su extrema rareza, forman parte del importante elenco de seres vivos que es necesario conservar en este entorno, junto con sus hábitats.
Los mármoles en los que el Castor se encaja formando angosturas favorecen la presencia de numerosas pozas que suelen atraer a bastantes visitantes para disfrutar no sólo de los impresionantes paisajes sino de las frías aguas para baño, siendo quizás el lugar más popular el conocido como charca de las nutrias. Su nombre ya es indicativo de que nos encontramos en un entorno donde este singular mustélido tiene su territorio, de forma que si accedes al cauce procura entrar al agua con calzado, vestimenta y utensilios desinfectados previamente, para no transmitir hongos ni microorganismos patógenos procedentes de otros lugares, y no alteres ni el fondo del río ni las orillas y márgenes, no sea que dañes el hábitat donde la nutria y otros seres vivos necesariamente han de sobrevivir. Recuerda que esa es su casa y que no tienen recambio para ella si se deteriora, respétala por favor especialmente en la época de cría. Infórmate sobre las limitaciones o prohibiciones que pudieran ser de aplicación por esta circunstancia.
Otro lugar con uso público intenso se da en la desembocadura del río, por encontrarse en zona de playa y por tanto sometida a la presión propia de un lugar de baño, donde queda cierta vegetación asociada al cauce en especial cañaverales. La ausencia de infraestructuras de playa y la presencia precisamente de esta franja de vegetación de ribera confieren a esta desembocadura una cierta “naturalidad” que contrasta positivamente respecto de las de otras Z.E.C. próximas, más alteradas por la intervención humana, de modo que habrás de comportarte de forma acorde con el estatus de espacio protegido que tiene.
Acude a nuestros centros de visitantes, puntos de información y ecomuseos para sacarle el máximo partido a tu visita.
Sigue las recomendaciones y cumple la normativa en todo momento
Respeta las instalaciones puestas a tu disposición. Su mantenimiento lo pagamos todos.
Colabora para evitar incendios. No arrojes cigarrillos o cualquier otro objeto que produzca combustión.
La basura no vuelve sola. Llévala contigo hasta el contenedor más próximo. Reduce, reutiliza, recicla.
El ruido es otra forma de contaminación. En silencio disfrutarás más de tu experiencia.
Convive respetuosamente con la gente del lugar y demás usuarios. Respeta los bienes y propiedades privadas.
Facilita el uso a personas con necesidades especiales.
Consumiendo productos locales y contando con empresas de la zona contribuirás al desarrollo rural.
Practica un turismo responsable y comprometido con el entorno. ¡Sé un verdadero ecoturista!
Nunca abandones a tu mascota en la naturaleza. Pondría en peligro la flora y la fauna del lugar.
Desplázate de una manera sostenible: transporte público, bicicleta, a pie, vehículo eléctrico o compartido… Aparca en los lugares habilitados
No dejes huella de tu paso por la naturaleza. El mejor recuerdo que puedes llevarte es tu propia fotografía.
Tu seguridad es nuestra preocupación, pero es tu responsabilidad.
La conservación de los espacios naturales también está en tus manos. ¡Gracias por tu colaboración!