Entre los restantes elementos climáticos, el viento (ver las rosas de vientos de algunos observatorios andaluces) destaca por su particular relevancia, constituyendo un recurso progresivamente apreciado en la región, a la vez que un elemento generador de riesgos también considerables.
En Andalucía las zonas más ventiladas se sitúan en las áreas costeras, especialmente en las inmediaciones del estrecho de Gibraltar, y en los enclaves montañosos más elevados de las cadenas Béticas. Esta zonificación no es sorprendente en la medida en que todos estos ámbitos presentan caracteres que los convierten en proclives a la intensificación del viento. Las zonas elevadas, en razón de la disminución de la densidad del aire que se produce con la altura y que conlleva una intensificación de la velocidad. Las zonas costeras, en razón de su condición de frontera entre dominios diferentes, el terrestre y el marino, con características térmicas y barométricas muy distintas. Esta diferenciación convierte a las costas en lugares de intenso gradiente barométrico, y es ese gradiente el que impulsa el viento a gran velocidad. Por último, en el estrecho de Gibraltar a esta condición costera se une la de angosto pasillo en el contacto entre dos continentes diferentes. El estrechamiento fuerza la canalización del aire e intensifica su velocidad, y ello es lo que explica que sea precisamente en este ámbito en el que se registran los vientos más fuertes. En ella se sitúan, consecuentemente, las mayores posibilidades de explotación para la obtención de energías renovables y también las áreas de mayor peligrosidad por vientos violentos.
Otro hecho destacable podría ser el relativo al reducido número de días de granizo que la región presenta, lo que refuerza la faceta benefactora del clima andaluz. El riesgo de granizo en Andalucía es en general muy reducido, especialmente en aquellas zonas en las que podría ser más dañino para la agricultura (valles, zonas costeras etc.). Efectivamente, tanto las zonas costeras como el interior del valle del Guadalquivir gozan de menos de un día de granizo al año por término medio; se trata, pues, de un fenómeno extraordinariamente raro. Casi todo el resto de la región experimenta situaciones de granizo en un promedio de 1 a 3 días al año, y sólo en las zonas de montaña, con menor dedicación agraria, se superan los 3 días anuales de granizo.
Among the rest of climatic elements, the wind (see the wind roses of some Andalusian observatories) stands out due to its special relevance, being a progressively considered resource in the region, at the time as a risks generator element.
In Andalusia, the windiest areas are those located at the coast, specially near the Strait of Gibraltar, and in the highest places of the Betic ranges. This zonification isn't surprising because these areas have features that favour wind strengthen. The highest areas due to de diminish of air density associated to the altitude which implies the accelaration of wind velocity. The coastal areas, due to its boundary character between different domains, marine and terrestrial, with quite different thermical and barometrical characteristics. This differentiation make the coasts have an intense barometric gradient, and is that gradient what accelerates the wind velocity. Finally, in the Strait of Gibraltar the condition of narrow corridor between two continents joins the coastal condition. The narrowing forces the air channelization and intensifies its velocity, explaining that it is here where the strongest winds are registered. Consequently, the main exploitation possibilities to obtain renewable energies are located here, and also the main risks of violent winds.
Another noticeable fact could be the reduced number of hail days in the region, what strengthens the benefactor character of Andalusian climate. The hail risk in Andalusia is, in general, quite reduced, specially in those areas where it could be more dangerous for agriculture (valleys, coastal zones etc...). In fact, in the coastal zones, as well as in the valley of the Guadalquivir the average hail days is under one per year, being so, an extremely strange phenomenon. Nearly all the rest of the region has an average of 1 to three hail days per year, and only in mountainous areas, the average is over 3 days per year.