El año 1999 resultó relativamente seco, al menos en sus primeras dos terceras partes, produciéndose a partir del mes de septiembre abundantes lluvias, generalmente con un marcado carácter tormentoso, que hicieron que los registros de erosividad de la lluvia se dispararan hasta recuperar, para el conjunto del año, unos niveles cercanos a la normalidad.
Es necesario indicar que este factor está íntimamente relacionado tanto con la cantidad de lluvia acontecida como con la intensidad con que caiga ésta.
En el conjunto regional, las máximas erosividades (valores cercanos a los 5.000 Mj x mm / ha x hora x año) se produjeron en el triángulo Grazalema, Ronda, Cortes de la Frontera, lugar donde habitualmente se alcanzan también los máximos registros de pluviosidad; y en el sur de Huelva y suroeste de la provincia de Sevilla, coincidiendo con la apertura del valle del Guadalquivir al océano Atlántico, zona donde aunque no se registraron altas cantidades de lluvia si se produjo ésta con una gran intensidad, dando lugar a altas erosividades, similares a las acaecidas en las sierras gaditanas.
Por el contrario en la sierra de Aracena, con cantidades de lluvia significativamente superiores, se produjeron erosividades inferiores, dado el carácter menos tormentoso de las precipitaciones.
En el resto de la región los valores de la erosividad se mantuvieron por debajo de lo que sería un año normal, con valores comprendidos entre los 500 y 1.000 Mj x mm / ha x hora x año, acusándose esta bajada especialmente en todas la sierras de la mitad este de la región, lugares donde normalmente se alcanzan valores más altos de los acontecidos. La provincia de Almería registró los valores más bajos, no superando en general los 250 Mj x mm / ha x hora x año, salvo puntualmente en la sierra de Filabres donde se produjeron registros algo más altos, en cualquier caso inferiores a los 500 Mj x mm / ha x hora x año.
El año 1999 resultó relativamente seco, al menos en sus primeras dos terceras partes, produciéndose a partir del mes de septiembre abundantes lluvias, generalmente con un marcado carácter tormentoso, que hicieron que los registros de erosividad de la lluvia se dispararan hasta recuperar, para el conjunto del año, unos niveles cercanos a la normalidad.
Es necesario indicar que este factor está íntimamente relacionado tanto con la cantidad de lluvia acontecida como con la intensidad con que caiga ésta.
En el conjunto regional, las máximas erosividades (valores cercanos a los 5.000 Mj x mm / ha x hora x año) se produjeron en el triángulo Grazalema, Ronda, Cortes de la Frontera, lugar donde habitualmente se alcanzan también los máximos registros de pluviosidad; y en el sur de Huelva y suroeste de la provincia de Sevilla, coincidiendo con la apertura del valle del Guadalquivir al océano Atlántico, zona donde aunque no se registraron altas cantidades de lluvia si se produjo ésta con una gran intensidad, dando lugar a altas erosividades, similares a las acaecidas en las sierras gaditanas.
Por el contrario en la sierra de Aracena, con cantidades de lluvia significativamente superiores, se produjeron erosividades inferiores, dado el carácter menos tormentoso de las precipitaciones.
En el resto de la región los valores de la erosividad se mantuvieron por debajo de lo que sería un año normal, con valores comprendidos entre los 500 y 1.000 Mj x mm / ha x hora x año, acusándose esta bajada especialmente en todas la sierras de la mitad este de la región, lugares donde normalmente se alcanzan valores más altos de los acontecidos. La provincia de Almería registró los valores más bajos, no superando en general los 250 Mj x mm / ha x hora x año, salvo puntualmente en la sierra de Filabres donde se produjeron registros algo más altos, en cualquier caso inferiores a los 500 Mj x mm / ha x hora x año.