La apicultura no solamente es una actividad de vital importancia para el mantenimiento de la biodiversidad y la conservación de la flora y fauna en el medio natural, debido a la importante labor de polinización que realizan las abejas, sino que también tiene un papel esencial en la producción de alimentos para toda la Humanidad.
Andalucía por su variedad climática, el contraste de sustratos y suelos y su posición geográfica, sobresale por presentar una gran variedad de hábitats que acogen a numerosas especies. Mucha de su rica flora espontánea resulta especialmente beneficiada por la labor polinizadora de las abejas que, aunque no son los únicos insectos polinizadores existentes, si tienen una extraordinaria actividad. De aquí que la instalación y mantenimiento de colmenas en estos territorios, tiene una importante repercusión positiva en la conservación de tal biodiversidad vegetal.
Esta labor se hace aún más patente en el sistema de trashumancia, ya que las colmenas son desplazadas siguiendo las floraciones de las diferentes comunidades vegetales, con lo cual se amplía mucho el efecto de la labor polinizadora. Todo ello puede considerarse, sin lugar a dudas, un beneficio público que actualmente no es lo suficientemente reconocido. En especial destacar que durante gran parte del año, las colmenas se instalan en zonas de flora silvestre, muchas de ellas incluidas en la Red Natura 2000.
Por todo ello, se considera fundamental el desarrollo del Programa Apícola Nacional en la comunidad autónoma de Andalucía. Dicho programa fue aprobado por Decisión de la Comisión de 14 de septiembre de 2010 por la que se aprueba la participación comunitaria en la financiación del programa de mejora de la producción y comercialización de los productos de la apicultura para España en los ejercicios 2011, 2012 y 2013.