

Autoría: Emmanuela Gakidou
Publica: The Lancet
Fecha: 3 de marzo de 2025
Este estudio revela que las tasas de sobrepeso y obesidad en adultos (mayores de 25 años) casi se ha triplicado entre 1990 y 2021: ha pasado de afectar a 731 millones de personas a alcanzar a 2.110 millones. La autora principal del estudio, la profesora Emmanuela Gakidou, del Institute for Health Metrics and Evaluation (IHME) de la Universidad de Washington (Estados Unidos) califica esta situación como un fracaso social monumental”.
El sobrepeso y la obesidad son una epidemia mundial. En este estudio, se examinan las tendencias históricas de la prevalencia mundial, regional y nacional del sobrepeso y la obesidad en adultos desde 1990 hasta 2021 y se pronostican las trayectorias futuras hasta 2050. Prever las trayectorias futuras de la epidemia es fundamental para proporcionar una base de evidencia para el cambio de políticas.
En muchos países, especialmente los países de altos ingresos, el aumento de la obesidad se combina con el envejecimiento de la población y una baja tasa de fertilidad, que juntos ejercen una presión sin precedentes sobre los servicios y gastos de atención de salud existentes. Los resultados del estudio indican que para 2050, cerca de una cuarta parte de la población mundial con obesidad tendrá más de 65 años. Más allá del manejo regular de enfermedades crónicas y la atención geriátrica, los pacientes mayores con obesidad generalmente tienen mayores riesgos de infecciones y demandas de cirugías electivas y, por tanto, tienden a incurrir en costos adicionales que podrían evitarse. Estas circunstancias, unidas a la reducción de la fertilidad y el cambio en la estructura de edad de la población, plantean graves preocupaciones para la financiación del sistema de atención de la salud y la capacidad de prestación de servicios. Los mecanismos tradicionales de financiación de la salud, que dependían de los mercados laborales como fuentes primarias de financiación, ya no son sostenibles en vista de una fuerza laboral en disminución.
La epidemia mundial de obesidad está impulsada por una multitud de factores sistémicos. Además de los factores socioambientales, los determinantes comerciales son esenciales para impulsar la pandemia de obesidad, así como los subsidios agrícolas que han estado transformando el ecosistema mundial de producción y suministro de alimentos, cambiando el contenido dietético en todas las poblaciones. Mientras tanto, las corporaciones multinacionales de alimentos y bebidas y las cadenas de comida rápida están trasladando sus inversiones de los países de ingresos altos a los países de ingresos bajos y medianos, donde el crecimiento demográfico, la mejora en el ingreso per cápita y regulaciones más débiles han creado mercados favorables para la expansión.
Para deshacer los efectos nocivos de estos factores se requiere un esfuerzo multisectorial concertado que implique una gobernanza internacional sólida para aplicar políticas públicas coherentes, proteger el espacio de políticas públicas y derivar soluciones innovadoras para incentivar prácticas comerciales alternativas que conduzcan a la promoción de la salud y el interés públicos.