La Junta de Andalucía ha detectado en lo que va de año el consumo de 14 nuevas sustancias psicoactivas o psicotrópicas que provocan serios riegos en la integridad de las personas y en la salud pública. La titular de Igualdad y Políticas Sociales, María José Sánchez Rubio, ha informado hoy al Consejo de Gobierno del balance en Andalucía del programa de ‘Reducción de riesgos y monitorización de drogas en zonas de riesgo’.
La información ha sido ya notificada al Sistema Español de Alerta Temprana que, a su vez, la traslada a su homólogo europeo. Las nuevas sustancias detectadas pertenecen a grupos como las catinonas, cannabinoides, benzodiacepinas o los aminoindanos (diclacepam, flubromazepam, descloroketamina o PMMA, entre otras). Algunas de ellas están relacionadas con muertes y episodios de intoxicación que ya se han dado en otras comunidades autónomas.
El programa se desarrolla en zonas de ocio nocturno, en colaboración con el sector, y en otros escenarios singulares como conciertos y festivales de música. La intervención, que se realiza ‘in situ’ en contacto con la población juvenil, corre a cargo de un equipo de 43 personas voluntarias (18 mujeres y 25 hombres), con una media de edad de 28 años y coordinadas por la entidad Energy Control, de la ONG Asociación Bienestar y Desarrollo.
Para la detección de sustancias se realizan análisis de test de las muestras que el consumidor entrega de modo voluntario. Si en los resultados obtenidos se detecta una nueva droga se elabora un informe en el que se incluye la composición, nombre con el que se conoce entre las personas consumidoras, las consecuencias y cualquier otras informaciones de interés. Energy Control remite la información a la Secretaría General de Servicios Sociales de la Junta, que notifica la alerta a la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas.
Los resultados también se envían al Sistema de Información de Drogodependencias y Adicciones, al Servicio Andaluz de Salud y a las urgencias de los centros hospitalarios de referencia en la zona en la que se ha detectado el consumo.
No hay un perfil de personas consumidoras toda vez que el programa es de carácter voluntario. No obstante, se establece un patrón general que coincide con el consumo habitual de otras drogas como el tabaco, el alcohol o el cannabis, así como el ocasional de cocaína y ‘speedy’.
Energy Control, que recibe ayuda de la Consejería de Igualdad y Políticas Sociales, desarrolla en todo el país este proyecto desde 1997. Sus resultados permiten a la Junta mejorar sus programas para reducir riesgos y daños en la salud de los jóvenes, además de establecer estrategias de coordinación a nivel nacional y con organismos europeos del ámbito de las drogodependencias.