Es para mí un honor respaldar la presentación en Andalucía de la Fundación Príncipe de Girona, la primera que realiza esta joven entidad cuya aspiración es proyectarse en todos los territorios de España.

Nos encontramos ante la iniciativa de una institución solidaria, altruista y responsable.

No es extraño, por tanto, que a escasos meses de su constitución, ya cuente con el respaldo y el interés de una importantísima nómina de patronos.

Una sociedad avanzada, que se emplaza en metas de futuro es aquélla que sabe unirse en torno a proyectos cívicos como el que hoy nos reúne.

Los objetivos de la Fundación forman parte de la esencia misma que determina la buena marcha y el futuro de nuestra sociedad.

Su centro de acción son los jóvenes: su formación y el impulso de su capacidad y talento.

También lo son los más vulnerables. Aquellas personas o colectivos con riesgo de exclusión social, desde la convicción de que el progreso solo es verdadero si atiende a la igualdad de oportunidades.

No podemos imaginar un fin más noble que apoyar la formación de los jóvenes, favorecer su reflexión crítica y la inquietud creativa, fomentar la voluntad y el desarrollo de las ideas.

Alejarlos, en definitiva, de cualquier tentación hacia la complacencia y la comodidad intelectual.

Dicen los expertos que, siempre que se avecinan cambios sociales, los adultos tenemos reproches para los jóvenes.
La sociedad ha cambiado mucho en las últimas décadas y también lo han hecho ellos. Pero la brecha generacional no ha de impedirnos conectar con las ambiciones, las expectativas y los problemas de nuestros jóvenes.

Nuestro impulso ha de ser el de animarles a reafirmar la confianza en sí mismos, en todo aquello que les permitirá ser mejores de lo que ya son.

Garantizar la igualdad de oportunidades hace posible que cualquier persona pueda desplegar toda su capacidad. Con ello, ganamos en riqueza personal y enriquecemos también nuestra sociedad.

Es necesario, pues, dotar de medios a nuestra juventud, y en ese empeño está la Fundación Príncipe de Girona. Recursos científicos y académicos, culturales y deportivos. Y también en el ámbito empresarial, facilitando que sus iniciativas en este terreno puedan hacerse realidad.

Resulta vital promover una formación empresarial que motive al futuro emprendedor. Y esto es una labor de todos.

Los jóvenes son los líderes del mañana y la clave para el desarrollo de una economía próspera.

En este momento, debemos esforzarnos más, si cabe, en superar dificultades que se añaden a las presiones económicas, como son las cargas familiares, la inseguridad y la falta de apoyo.

La implicación de las empresas y los profesionales en los retos de la Fundación debe suponer, además, la necesidad de compartir experiencias con estos jóvenes.

El proyecto Fundación Príncipe de Girona es la constatación de que nuestra sociedad es cada vez más fuerte y más capaz de afrontar los retos que nos depara el futuro.

La extraordinaria respuesta que ha tenido el ámbito empresarial con la Fundación expresa un mensaje elocuente y que es importante destacar: estamos ante un proyecto con bases sólidas, objetivos bien trazados, y clara y firme vocación de servicio y de utilidad.

Es decir, estamos ante un proyecto convincente.

Este importante apoyo muestra, además, el alto grado de compromiso de las empresas con una causa que nos concierne a todos y, por ello, nos obliga a todos.

Quiero expresar mi satisfacción por el hecho de que esta iniciativa pueda ser proyectada y presentada desde Sevilla, desde Andalucía.

Una tierra en la que, a buen seguro, la Fundación encontrará siempre un apoyo entusiasta.

Mejorar la formación de los jóvenes, movilizar su ilusión y su capacidad para ver la vida con ojos nuevos nos ayuda a crecer como personas y a mejorar el futuro de nuestra sociedad.