Quiero agradecer, en primer lugar, a todos ustedes su presencia y expresar mi reconocimiento al nuevo rector y a su equipo de Gobierno por el trabajo realizado durante estos años en la Universidad de Almería, una institución joven y dinámica, con gran proyección de futuro. Felicidades, rector, por su reelección. Un proyecto sólido para modernizar la educación superior y convertirla en motor de cambio le han valido la confianza de la comunidad universitaria para continuar en esta responsabilidad.

Y aquí, si ustedes me lo permiten, me gustaría hacer un inciso para destacar la elevada participación de la comunidad universitaria de Almería para elegir a su nuevo rector. Es una muestra muy clara de la salud y el impulso de esta joven Universidad.

Tenemos un compromiso conjunto, el de impulsar el Sistema Andaluz del Conocimiento para convertirlo en el eje de la recuperación económica y en la base de un nuevo modelo que nos permita crecer de manera sostenible. La ciencia es motor de crecimiento y progreso. Y hoy más que nunca tiene que ser garantía de prosperidad, equidad y eficiencia; de competitividad, internacionalización y excelencia. El conocimiento es un logro individual, pero también un bien social y económico, un pilar fundamental del modelo de desarrollo que queremos construir para Andalucía.

Nuestra universidad tiene amplia visión de futuro y lo ha demostrado con la implantación de nuevas titulaciones en el marco del Espacio Europeo de Educación Superior que se ha completado este curso.

La transformación de las enseñanzas universitarias para su adaptación al marco europeo se ha planteado en las universidades andaluzas como una oportunidad para ofrecer mejores servicios con una adecuada utilización de los recursos.

No hemos de olvidar que si queremos aspirar a una educación de calidad que sea competitiva en un contexto internacional, la oferta de enseñanzas universitarias ha de ser extensa y diversa, pero a su vez, intensa y especializada. El futuro de la educación superior se encuentra en la promoción de una mayor diversidad en atención a lo que cada centro universitario ofrece de específico en su currículo, enseñanzas prácticas y excelencia académica.

Todo ello para atender a las necesidades sociales y demandas profesionales actuales. Con un claro objetivo: superar el desajuste de la oferta de enseñanzas con las competencias profesionales y las capacidades que las empresas requieren a los egresados universitarios. La universidad almeriense se abre a sectores estratégicos emergentes como el de las energías renovables, la biotecnología o el medio ambiente. Todos ellos están estrechamente vinculados al desarrollo de Andalucía.

Las nuevas titulaciones y la oferta de postgrado de la Universidad de Almería responden a la realidad socioeconómica de la provincia y a las demandas del tejido productivo y de la sociedad. En los últimos años, el compromiso con la investigación en la Universidad de Almería ha experimentado un impulso muy significativo. Con más grupos, más proyectos de excelencia y más centros de investigación. En este impulso a la I+D+i destaca, especialmente, la creación de un nuevo espacio científico-tecnológico. El PITA es el primer parque tecnológico de Andalucía que se ubica en un campus universitario.

Su estrategia de promoción de la I+D+i es especialmente notable en aquellas actividades vinculadas al sector agroalimentario, el principal motor de la economía almeriense. Su objetivo es fomentar esta cultura de la investigación y de la innovación en el mundo de la empresa. El PITA acerca la universidad de Almería a una posición de excelencia y calidad, en la vanguardia del sistema de conocimiento.

Almería, además, participa en el Campus Agroalimentario de Excelencia Internacional, un proyecto compartido con cuatro universidades andaluzas. En los próximos años será un referente de conocimiento en red, de investigación, transferencia y formación de expertos en sistemas de producción de alimentos, seguridad agroalimentaria y protección del medio ambiente.

Las universidades andaluzas miran a su entorno y se hacen cómplices de la realidad económica y productiva para mejorarla. En este sentido, contribuyen a hacer una Andalucía mejor. Desde el año 2000 Andalucía ha multiplicado por dos los recursos destinados a la I+D. Hoy somos la tercera comunidad española, con una inversión en I+D de 1.538 millones de euros (1,03% del PIB), y la cuarta en solicitud de patentes.

Pero resulta importante subrayar que nuestro avance en gasto en I+D, según los datos de 2009, se ha debido fundamentalmente al notable aumento del mismo en la enseñanza superior donde Andalucía está ya situada en el nivel de la Comunidad de Madrid y casi en el de Cataluña. Contamos con más de 2.000 grupos de investigación y casi 25.000 investigadores (60% doctores).

Es en estos momentos, más que nunca, cuando el fomento de la investigación y de las actividades de I+D+i se convierte en una prioridad estratégica, política y social. En el motor real del cambio y la modernización de Andalucía. Un objetivo que se plasma en los presupuestos andaluces para 2011. El Programa de Investigación Científica e Innovación crece un 3,4%, se crea un nuevo instrumento financiero, el Fondo de Emprendedores Tecnológicos, dotado con 20 millones de euros, y mantenemos nuestro compromiso de financiación con las Universidades andaluzas (1.282 M€).

Me parece importante destacar este progreso y esta política, no sólo para nuestra propia autoestima, sino porque tengo el convencimiento de que desde la oferta también se estimula la demanda. O, dicho de otra forma: Sé que la inversión en investigación y conocimiento genera también una forma de hacer las cosas distinta y se erige en un poderoso motor de cambio. La educación, la investigación y el conocimiento son transformadores. Son capaces de alentar y conducir a un nuevo modelo de crecimiento, a una nueva economía, más estable, más competitiva y más justa.

Almería está en esa línea por la que avanzan las Universidades andaluzas. En ella, en la Universidad de Almería, se abre ahora un nuevo tiempo de trabajo en un momento de gran responsabilidad para la Universidad en su conjunto por el papel que va a desempeñar para construir un espacio de conocimiento y convivencia que nos permita avanzar en la Europa del Conocimiento.