Mis felicitaciones por este reconocimiento a la Red de Ciudades AVE. Una plataforma que trabaja para mejorar la comunicación entre ciudades y hacer más estratégico un sector de nuestra economía como es el turismo. La red ha hecho suya la filosofía de que el  viaje en tren es una forma de disfrutar del camino y descubrir ciudades de manera ágil, cómoda y segura.

La llegada del Ave a Sevilla hace ahora dos décadas fue un hito que marcó el comienzo de un periodo de desarrollo económico y social de nuestra tierra, al acercar una región como Andalucía, tradicionalmente muy alejada de él.

Comenzaba así la modernización de las infraestructuras ferroviarias en nuestro país, una revolución que ha cambiado la forma de viajar de muchos españoles.

Veinte años después, la primera línea de Alta velocidad de España es también, contra todo pronóstico, la línea más rentable, o quizás la única rentable, de Renfe. Una decisión muy controvertida en la que jugó mucho papel la política de compensación o de solidaridad. Tres millones de viajeros anuales, una cuota de mercado del 80% y una evolución que le ha llevado a triplicar el número de trenes diarios, son algunos de los datos que ponen de manifiesto el éxito de este gran proyecto.

Fuimos pioneros en la conexión con Madrid, desde Córdoba y Sevilla, primero, y desde Málaga, después; también en proyectar la conexión de todas las capitales con el Eje Ferroviario Transversal. Yo mismo fui en aquel primer viaje de AVE. 20 años después y aquí me ven.

El Gobierno andaluz ha valorado históricamente la alta velocidad como una oportunidad para dinamizar nuestra economía y cohesionar territorial y socialmente nuestra tierra. La red de AVE española es hoy un referente mundial. Somos el país europeo con más kilómetros de alta velocidad y, lo más importante, exportamos tecnología en este sector, lo que confirma que la apuesta tecnológica que se hizo por la Alta Velocidad y la I+D+i es una opción estratégica ganadora.

Tenemos un excelente ejemplo en el consorcio de alta velocidad La Meca- Medina, que se concretaba a primeros de año en Riad, después de tres años de intenso trabajo y negociaciones. La ministra anunció hace pocas semanas que en breve iban a comenzar los trabajos en la vía, una vez que se consiguieron los avales necesarios para llevarlos a cabo. Una excelente noticia para un proyecto de más de 6.700 millones de € que permitirá la exportación de material de alta tecnología fabricado en nuestro país.

Aquí, en Andalucía, ustedes saben que contamos con el Centro de Tecnologías Ferroviarias y el Anillo ferroviario de Antequera, dos infraestructuras vitales que forman parte de un proyecto de largo alcance en el que se integran los Gobiernos nacional y autonómico, las universidades andaluzas y las empresas del sector.

El capital humano y tecnológico de ADIF forma parte del Parque Tecnológico de Andalucía de Málaga y se inscribe en uno de nuestros proyectos más innovadores: el Campus Universitario de Excelencia Andalucía Tech, en el que participan las Universidades de Sevilla y Málaga. La suma de los esfuerzos públicos y privados, son, en este sentido, fundamentales para participar en nuevos proyectos de I+D de alto rendimiento.

En el próximo curso Andalucía Tech ofrecerá un título propio de Ingeniería Ferroviaria para titulados en ramas técnicas de ciclos superiores de formación profesional. La primera especialidad de estas características en España.

La innovación y el conocimiento son una apuesta de Andalucía en otros muchos sectores de actividad como las energías renovables, la aeronáutica o la biomedicina. También queremos ser punta de lanza en tecnologías ferroviarias. La educación y la igualdad de oportunidades son las mejores herramientas que tenemos para ganar el futuro.

Permítanme que rescate para este homenaje que hace la Cadena SER a la red de Ciudades AVE, algunas de las ideas del fallecido historiador británico, Tony Judt, en relación al ferrocarril.

Los trenes eran para este brillante escritor de la historia de Europa el símbolo más hermoso de lo que solo puede existir gracias al esfuerzo de todos y está al servicio de cada uno; la clase de servicio que solo puede ofrecer el Estado, y que cuando se privatiza cae en la ineficacia; lo que se ha mantenido prometedor y moderno durante casi dos siglos, gracias a la acumulación de esfuerzo y experiencia de generaciones sucesivas.

Todo ello es el tren de alta velocidad hoy: vanguardia tecnológica, dinamiza la economía y es un servicio público rentable que contribuye al sostenimiento de otros servicios públicos de transportes esenciales para mantener la cohesión social en nuestro país. Una historia de éxito que dura ya más de dos décadas.