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Cocinas solares contra la pobreza energética

La Agencia Andaluza de la Energía firma un acuerdo de colaboración con la Universidad de Huelva en el marco del proyecto POWERTY para su uso por colectivos vulnerables

Una cocina solar, que transforma la radiación electromagnética procedente del sol en energía térmica, permite hervir, freír, hornear, fermentar y deshidratar alimentos sin usar energía eléctrica ni química.

En lugares con alta radiación solar como Andalucía, que goza de más de 3.000 horas de sol al año, esta tecnología es una excelente opción como fuente energética alternativa y complementaria a otras, que puede contribuir a afrontar situaciones de vulnerabilidad energética y dotar de energía a zonas con poca cobertura eléctrica, disminuyendo la demanda energética residencial y generando cero emisiones de efecto invernadero.

Con el objetivo de desarrollar investigación en torno a las tecnologías renovables y sus potenciales usos en Andalucía, con especial atención a aquellas que puedan contribuir a combatir la pobreza energética, y de identificar soluciones tecnológicas vinculadas a las cocinas solares como vía para cubrir parte de las necesidades energéticas de colectivos vulnerables, la Agencia Andaluza de la Energía ha puesto a disposición de la Universidad de Huelva cuatro cocinas solares en virtud de un protocolo de colaboración firmado entre ambas entidades.

La Universidad de Huelva ha llevado a cabo un estudio en la localidad onubense de Trigueros, que cuenta con gran disponibilidad de recurso solar, utilizando una cocina solar parabólica de 140 centímetros de diámetro. Con ella ha comprobado que podría llevarse a ebullición el equivalente a 2 litros de agua en una hora, hasta un total de 2.035 horas distribuidas en 310 días. Es decir, prácticamente todo el año. En ese tiempo se reduciría la demanda energética de un hogar en 310 kilovatio/hora (kWh) frente al uso de una placa de inducción.

Además, en base a un estudio de la Universidad de Manchester, la Universidad de Huelva ha calculado que, por ejemplo, en una ciudad de cinco millones de habitantes, el uso de cocinas solares con materiales reciclados para calentar alimentos podría reducir en 42,6 kilotoneladas los gases de efecto invernadero en comparación con un microondas convencional.

Los responsables del estudio realizado por la Universidad de Huelva, junto a las cocinas solares.
Los responsables del estudio realizado por la Universidad de Huelva, junto a las cocinas solares.

Las cuatro cocinas solares de la Agencia Andaluza de la Energía, entidad adscrita a las Consejerías de la Presidencia, Administración Pública e Interior y de Hacienda y Financiación Europea, servirán para promover una serie de talleres y jornadas divulgativas sobre el uso de esta tecnología y analizar su potencial utilización entre colectivos vulnerables para satisfacer otras necesidades energéticas adicionales, como la producción de agua caliente sanitaria o calefacción.

Pobreza energética: un reto social europeo

Esta colaboración entre la Agencia Andaluza de la Energía y la Universidad de Huelva pretende contribuir al desarrollo energético sostenible que se promueve en la comunidad autónoma gracias al impulso de las energías renovables y está enmarcada dentro del proyecto europeo POWERTY. Financiado a través del Programa Interreg Europe 2014-2020, tiene como objetivo identificar, entre otras, nuevas tecnologías innovadoras de energías renovables orientadas a los colectivos vulnerables, nuevas fórmulas de financiación de energías limpias adecuadas para estos colectivos o mejoras en el marco regulatorio.

La pobreza energética constituye un reto capital para la sociedad y tiene repercusiones directas sobre la salud, que afectan aproximadamente a 34 millones de europeos, según un estudio de la Comisión. Los elevados precios de la energía, los bajos ingresos y unos hogares mal aislados, húmedos y poco saludables han dado lugar a un incremento de las tasas de pobreza energética en toda la Unión Europea.

Las energías renovables, en consonancia con los objetivos de la Unión Europea, constituyen una herramienta útil para facilitar el acceso de los colectivos vulnerables a una energía limpia, segura y de calidad, contribuyendo así a lograr una transición energética más sostenible y justa, y a reducir la pobreza energética.